Donde las palabras fallan, la música habla. Es una frase de Hans Christian Andersen, virtuoso del lenguaje y cuentista danés, al que debemos muchos de los aprendizajes y recuerdos de nuestra infancia. La música tiene poder para emocionarnos, comunicar o empoderarnos. También, como señalaba Andersen, para hablar donde fallan las palabras o, en el caso de las personas con Alzhéimer, los recuerdos.
Por estas razones, la música se ha convertido en un importante aliado en el día a día de las residencias de mayores. Se conoce el empleo de los instrumentos musicales en las culturas prehistóricas, pero solo en las últimas décadas cuando se ha consolidado el papel terapéutico de la música. La conocida como musicoterapia, es, además, una de las actividades preferidas de los residentes, tal como explican desde ORPEA.
En las residencias de ORPEA se utiliza la terapia musical en talleres que promueven en general la salud mental, física y emocional de los mayores. El sonido, el ritmo, la melodía y la armonía se usan, en concreto, para facilitar y promover la comunicación, la expresión, las relaciones sociales, el movimiento y la relajación. Es decir, música para mejorar la salud, pero también para fomentar el bienestar de los mayores, ya que las canciones les conectan con momentos puntuales de su pasado y/o les producen sensaciones placenteras. De ahí que se personalicen las sesiones, según el estado de los residentes, sus necesidades, sus gustos y preferencias, por lo que se puede trabajar con ellos de manera individual o en grupal.
Una fórmula intermedia es la diseñada, cuentan los terapeutas de ORPEA, para las personas que presentan deterioro cognitivo grave. En ella se combinan la improvisación, el reconocimiento y empleo de instrumentos, la asociación de sonidos a movimientos y la expresión corporal a través del baile.
Cómo la música ayuda a los residentes con Alzhéimer
Además, en caso de Alzheimer se ha comprobado que la música es el vehículo más eficaz para despertar recuerdos y promover las evocaciones. Permite a los afectados por esta enfermedad experimentar momentos de conexión y lucidez, lo que influye de forma poderosa en el sentido de la identidad.
Relevante también es la reducción de las alteraciones conductuales y de los estados psicológicos agitados de algunos residentes, ya que facilita la expresión y, por lo tanto, la comunicación. Las personas se apoyan en la música para exteriorizar su estado anímico, su dolor, sus sensaciones.
Así, y como conclusión, podemos recurrir de nuevo a las citas para reflejar el gran poder de la música. Algo más cercano en el tiempo, el cantante Jamaicano Bob Marley dijo: “Cuando la música te alcanza no sientes dolor”.