El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realizará este jueves y viernes una mini gira por Israel, Palestina y Egipto acompañado por el primer ministro belga, Alexander de Croo, con la que ambos aspiran a mostrar un frente europeo unido e intentar aportar ideas y soluciones de cara a la paz en Oriente Próximo.
El viaje se produce después de que Israel y Hamás hayan acordado una «pausa humanitaria» de cuatro días durante la que el Movimiento de Resistencia Islámica liberará a 50 de los rehenes que tiene en su poder –mujeres y niños– e Israel procederá a la liberación de 150 prisioneros palestinos, también mujeres y menores. El acuerdo ha sido posible gracias a la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos.
Desde Moncloa, ponen de relieve la importancia que da el presidente a la resolución del conflicto entre Israel y Hamás y que le ha llevado a elegir la región como su primer destino fuera de España tras la reelección. En cuanto al hecho de que lo haga acompañado por De Croo se explica porque España ostenta la presidencia de turno de la UE en estos momentos y será Bélgica quien le suceda el 1 de enero.
Ambos quieren aportar ideas y soluciones para un conflicto que el presidente del Gobierno entiende que no ha venido recibiendo la atención que merecía por parte de la comunidad internacional y en cuya resolución considera que Europa tiene que jugar un papel esencial puesto que no puede permitirse una nueva guerra a sus puertas, además del de Ucrania, explican fuentes gubernamentales.
La voluntad es elevar el perfil político de la UE tanto en la búsqueda de soluciones inmediatas a la dramática situación humanitaria en la Franja de Gaza, como más en el largo plazo de cara a resolver un conflicto que se prolonga desde hace más de siete décadas.
PRIMERA ETAPA, ISRAEL
El viaje arrancará en Jerusalén, donde Sánchez y De Croo tienen previstos sendos encuentros con el presidente del país, Isaac Herzog, y con el primer ministro, Benjamin Netanyahu. A ambos, el presidente les reiterará la condena sin paliativos del ataque terrorista perpetrado por Hamás el pasado 7 de octubre, que dejó más de 1.200 muertos, entre ellos los españoles Iván Illarramendi y Maya Villalobo.
Igualmente, Sánchez les reconocerá el derecho de Israel a defenderse, insistiendo una vez más, como ha venido haciendo en las últimas semanas, en que la respuesta militar que se está llevando a cabo en la Franja de Gaza tiene que ser dentro de los límites que marca el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional.
Unos límites que el presidente ya dijo la semana pasada que considera que Israel no está respetando, tildando de «desproporcionada» su respuesta. Asimismo, durante el debate de investidura, manifestó su rechazo por la «matanza indiscriminada de palestinos en Gaza y Cisjordania».
En Moncloa admiten que las cifras de civiles muertos –más de 14.000, incluidos más de 5.800 menores– son difíciles de asimilar y por ello no van a dejar de condenarlo, insistiendo en que hay que distinguir entre Hamás, que es una organización terrorista, y la población palestina.
Asimismo, también consideran que no es acertado afrontar la lucha antiterrorista solo desde el enfoque militar, dado que además Hamás es mucho más que una organización terrorista, y creen que incluso es contraproducente para el objetivo último declarado por Netanyahu de garantizar la seguridad de Israel, como también ha manifestado públicamente Sánchez.
ENCUENTRO CON ABBAS EN RAMALA
Los dos jefes de Gobierno se desplazarán a continuación hasta Ramala, donde está previsto que se reúnan con el presidente palestino, al que Sánchez ya vio el 22 de octubre en El Cairo. Para Moncloa, es fundamental que esté calando la idea de que el interlocutor para la paz es la Autoridad Palestina con su presidente al frente.
En este sentido, destacan también que parece que se abre camino el planteamiento de que pueda ser la Autoridad Palestina la que tome las riendas de la Franja de Gaza una vez cesen las hostilidades, aunque se trata de una cuestión aún en fase muy embrionaria y que requeriría seguramente alguna fase intermedia con una presencia internacional o árabe sobre el terreno.
Sánchez ha reivindicado desde que estalló la nueva crisis en Gaza la necesidad de avanzar en la solución de dos estados y en el reconocimiento del Estado palestino como la mejor vía para garantizar la paz así como la seguridad de Israel.
El presidente ya dijo en el debate de investidura que será una de sus prioridades esta legislatura. Su deseo es trabajar con otros socios europeos para que haya un reconocimiento consensuado en lugar de optar por la vía unilateral y que cuando se produzca no sea un mero gesto declarativo sino que tenga un significado político y pueda contribuir a la paz, explican desde Moncloa.
Aquí se enmarca también su propuesta de una conferencia internacional de paz una vez cesen las hostilidades para dar un horizonte político concreto a los palestinos que ya respaldan más de 80 países, entre ellos los de la UE y la Liga Árabe, según fuentes gubernamentales.
ENCUENTRO CON AL SISI Y VISITA A RAFÁ
Ya el viernes, los dos mandatarios tienen previstos sendos encuentros en El Cairo con el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, y con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit.
Egipto es un país clave en la región y ha sido el principal artífice, junto con Qatar, del acuerdo de pausa humanitaria alcanzado en las últimas horas gracias a que mantiene interlocución tanto con Hamás como con Israel, con el que tiene un acuerdo de paz desde 1979.
Asimismo, es fundamental para la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, ya que el único paso fronterizo abierto es el de Rafá, por el que también han venido saliendo los ciudadanos extranjeros atrapados en el enclave costero. Hasta la fecha, más de 170 hispanopalestinos y sus familiares han conseguido abandonar la Franja por esta vía.
Precisamente, hasta aquí se desplazarán Sánchez y De Croo para rematar su gira. Con ello, quieren poner el foco en la importancia de la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y de mantener la asistencia internacional, dada la dramática situación en este territorio, donde hay ya más de 1,7 millones de desplazados internos de los alrededor de 2,3 millones de habitantes.
El Gobierno ha defendido con firmeza la necesidad no solo de mantener la ayuda al desarrollo y la ayuda humanitaria sino de aumentarla en el contexto actual. En este sentido, ha decidido prácticamente triplicarla con respecto a 2022, pasando de los 18 millones a los 48,5 millones este año.