La situación a la que se enfrentó Óscar Puente en su llegada al ministerio de transporte es, cuando menos, complicada. El premio de Pedro Sánchez, al que sirvió como su perro de ataque durante el intento de investidura de Feijóo, bien ppodíaodia terminar siendo un castigo, como se demuestra al ver la situación en la que tiene que asumir: con una huelga de trabajadores de Renfe en Cataluña tan solo en su primera semana en el puesto, y una que tiene que enfrentar si quiere cumplir con la promesa del traspaso del servicio de Rodalies a la Generalitat.
Es que el traspaso del servicio se ha realizado sin consultar a los trabajadores del mismo. Lo que generó una reacción de inmediato de los sindicatos de trabajadores y maquinistas de la empresa estatal que hicieron un llamado a huelga que coincidía con las fechas del primer puente de diciembre. Pero además, conseguir un acuerdo previo a la huelga, evita que veamos más de un «parón», y que los próximos coincidan con las propias navidades y el fin de año, lo que marcaría un colapso en fechas clave para el turismo.
De hecho, uno de los puntos clave para los sindicatos era que pasarían de tener el contrato en una empresa nacional protegida por normativas europeas a uno regulado por las normas autonómicas. Esto los pone en una situación complicada, y ha hecho que los comités de empresa pongan sobre la mesa la idea de seguir siendo empleados de Renfe, y que la estatal sea contratada por la nueva empresa, que se llamará Rodalies Catalunya, para abastecerse de trabajadores.
También es verdad que no era un parón total, por qué no es legal. Las leyes consideran a Renfe una empresa esencial y, por tanto, deben cumplir unos servicios mínimos del 70%. Esto permite al ministerio y a la ferroviaria estatal más tiempo de negociar que una empresa que tuviese que asumir una huelga total.
Esto había generado una nueva molestia en los sindicatos, que ya en la última huelga en 2021 hablaron de lo problemáticos que son para las protestas los servicios mínimos obligatorios. Además, desde los comités de empresa de Renfe y Adif han calificado de abusivos los servicios mínimos ordenados por el ministerio de Transportes durante los cinco días que se extenderá la huelga ferroviaria, ya que se establecen considerando una actividad por encima de la que se desarrolla en la actualidad, por lo que los porcentajes cubren casi el 100% de la actividad real.
Asimismo, han advertido de que la incidencia de la huelga podría ser mayor en el ámbito de Cataluña, con el correspondiente caos en la prestación del servicio, debido a la tardanza por parte de la Generalitat de Cataluña (que tiene las competencias transferidas) en la publicación de los servicios mínimos. La información, que no ha llegado hasta la tarde de este miércoles, va a dificultar la notificación de los mismos.
LOS VIAJES EN TREN RESCATADOS
A pesar de la comprensible molestia de los sindicatos, la empresa estatal y el Ministerio de transporte y Movilidad sostenible han confirmado un alto número de viajes cancelados. En cercanías y Media Distancia, de los 3.160 trenes afectados por la huelga circularán en servicios mínimos, 2.063, lo que supone el 65%. Por su parte, en Alta Velocidad y Larga Distancia, de 1.636 trenes afectados por la huelga, hubiesen circulado en servicios mínimos 1.185, lo que supone aproximadamente el 72%.
Mientras tanto, el flamante nuevo ministro de transporte había intentado calificar la protesta como «injustificada» mientras pedía calma. Así lo mostró en su entrevista con Canal 24 horas de TVE, donde también aseguró que convocar una huelga antes que el traspaso no era «procedente» aunque las peticiones van de la mano de las condiciones en las que quieren llegar a lo que será su nueva empresa.
También recordó que era un proceso largo y complejo que no se terminaría en dos días, lo que puede haber crispado a sus socios en ERC. A pesar de todo, intentó dejar claro que los trabajadores «van a ser absolutamente respetados y salvaguardados». «Ahora, hacer una huelga sin haber empezado siquiera a negociar, me parece que está fuera de lugar», ha zanjado.
EL COMPLICADO TRASPASO DEL RODALIES: UNA PROMESA COMPLICADA PARA EL PSOE Y RENFE
Hasta ahora todo indica que el traspaso del servicio de Renfe a la Generalitat está siendo un dolor de cabeza para Óscar Puente y el Ministerio. Además de las nuevas negociaciones, este traspaso requiere un pago económico y una serie de remodelaciones antes de que la nueva gestión catalana asuma el control del servicio. Además, es un riesgo para quien se encargue en el Govern, como lo demuestra la opinión del público cada vez que los servicios de cercanías en Madrid o Sevilla se retrasan más de 15 minutos.
Es una realidad complicada para la gestión de estos servicios. Además, si algo ha demostrado Renfe en este tiempo es que están dispuestos a marcar las diferencias con otras empresas de transporte cuando fallan, algo que seguramente se repita con la nueva gestión del Rodalies.