«Cada disco y cada gira son un mundo en sí mismo», explicaba hace unos días Guillermo Galván de Vetusta Morla por teléfono a Diario Que!. El guitarrista y compositor es una de las piezas esenciales de la mítica banda madrileña, una de las pocas bandas de rock que puede presumir de llenar un espacio como el Metropolitano sin que les tiemble el pulso, y que pueden disputar las cabezas de cartel de los macrofestivales.
Ahora el grupo se prepara para tres fechas en el Wizink Center de Madrid, que fueron anunciando a medida que iban llenando el antiguo Palacio de los Deportes. Es la despedida de otra etapa que, como ya es costumbre, deciden hacer en la capital. Pero no es una fecha cualquiera, el evento les permite cerrar la etapa ‘Cable a Tierra’ un disco que les ha acercado desde los sonidos del rock a la tradición del folklore español y reconstruir desde allí el sonido Vetusta Morla.
Esa idea seguramente influenciará el próximo disco de la banda, aunque el guitarrista avisa que por naturaleza no perseguirán el mismo sonido. «Al final muchas veces lo que buscamos en un disco es de lo que huimos en el siguiente, es verdad que hay cosas de ‘Cable a Tierra’ que ahora son parte de nosotros, pero siempre buscamos algo diferente, es lo que nos pide el cuerpo», sentencia Galván.
Pero es cierto que hay canciones de este disco que parecen haberse convertido ya en piezas fijas del repertorio «vetustiano». Temas como ‘Virgen de la humanidad’ o ‘Finisterre’, nominada en 2022 como mejor canción de rock en los Latin Grammy, que también nominaron el disco, prometen estar presentes en el Wizink Center en los tres conciertos del 30 de noviembre y el 1 y 2 de diciembre.
LA RESPONSABILIDAD DEL ARTISTA
Guille no es un artista que se quede en silencio, y si bien la música de la banda no es conocida por su carga política, aunque temas como ‘Golpe Maestro’, ‘Discurso del rey’ o ‘Palmeras de la mancha’ marcan posturas, es evidente que la realidad se evidencia en la forma de construir sus canciones. «El arte, tal y como lo entiendo yo, tiene que estar ligado a su tiempo. Porque es el contexto histórico en el que vives el que te hace diferente de tus antecesores y de los que vendrás», asegura.
Pero en otros puntos, Vetusta Morla sale del contexto del pop actual: son una banda, y de rock, en 2023, que puede llenar estadios y colarse en listas de éxitos. Es algo que el músico ve como un privilegio, aunque uno que siente se han ganado a punta de su trabajo: «Entonces, es por una responsabilidad, pero, por otro lado, también es una prueba de que se puede hacer las cosas como bandas y de que se puede hacer rock, aunque no esté de moda y no sea lo que pide en este momento la radiofórmula».
Es un espacio que se han ganado a pulso. ‘Cable a Tierra’ es su quinto de estudio, sexto si se cuenta la regrabación de ‘Mismo sitio distinto lugar’ lanzada en 2020, y cada uno ha servido para crecer un poco más. Es algo difícil de presumir, un grupo que se ha mantenido en trayectoria ascendente casi desde el principio, aunque es verdad que para los fanáticos ese primer disco sigue teniendo un lugar especial.
15 AÑOS DE ‘UN DÍA EN EL MUNDO’ EL DEBUT DE VETUSTA MORLA
Que un disco siga teniendo peso en el mundo del pop 15 años después de su estreno es mucho más complicado de lo que parece a primera vista. Pero por fortuna para la banda su debut de larga duración, ‘Un día en el mundo‘, sigue siendo una pieza clave dentro del desarrollo del sonido indie.
«Es el lanzamiento que nos da a conocer al gran público, aunque es verdad que ya llevábamos años trabajando», comenta Galvan que también cuenta que no todo fue tan rápido como parece desde afuera. «En realidad el cambio fue mucho más lento de lo que parece, antes de que saliera tocábamos en salas pequeñas y después seguimos así por meses», recuerda.
Pero es un momento que define un poco lo que ha sido Vetusta Morla en los años posteriores. «Lanzamos sin un sello detrás y eso la gente lo vivió y lo sintió, de esa forma, con la sensación de que el grupo les pertenecía», asegura con cariño hablando del. Pero no hay duda de que esas canciones han cambiado con los años. «A diferencia del cine, que una vez que terminas la película está allí para siempre, y además te juegas la taquilla en un solo fin de semana. Las canciones siguen creciendo con los años, están vivas, las vas haciendo tuyas y las puedes modificar. Eso hace de la música un medio tremendamente vivo».