España cuenta con una rica tradición artística que se refleja en los magníficos murales repartidos por todo el territorio. Desde los grafitis urbanos más modernos hasta los murales cerámicos tradicionales, estos trabajos capturan la esencia de la identidad y las tradiciones españolas.
Uno de los murales más icónicos es el conjunto de azulejos situado en la estación de metro de Sol en Madrid, que representa escenas costumbristas madrileñas de principios del siglo XX. Realizado por el ceramista sevillano Enrique Guijo en 1919, transmite una instantánea del Madrid de la época.
Otro ejemplo notable son los murales de la escalera monumental del Mercado de la Ribera de Bilbao. Con 2.000 m2 de superficie, los azulejos narrativos plasman la importancia histórica del mercado de abastos para la economía local y los hábitos sociales de los bilbaínos.
4La huella de los grafiteros pioneros
No se puede hacer un recorrido por los murales urbanos de España sin visitar algunas de las obras de los grafiteros pioneros que sentaron las bases de este movimiento artístico desde los años 80.
Uno de los principales nombres propios es el artista barcelonés Nazario, considerado uno de los introductores del grafiti en nuestro país. Todavía se conservan algunas de sus obras en Barcelona, cargadas de colorido, humor e irreverencia.
Otros grafiteros históricos con trabajos murales reseñables son Bluf, con sus impactantes figuras de trazo simple; Delhi, maestro del grafiti figurativo; o el prolífico Stormie Mills y sus icónicas calaveras de colores.
