Galicia, en el noroeste de España, es una tierra rica en mitos y leyendas que se entrelazan con su paisaje misterioso y su profunda tradición cultural. En esta ocasión,situada en Lugo, emerge como un tesoro histórico que respira la esencia de los siglos. Declarada Bien de Interés Cultural en 1931, este monumento se erige como un testimonio vivo de la riqueza arquitectónica y espiritual de la región.
Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta al aproximarse a la basílica de San Martín de Mondoñedo es que numerosos especialistas la reconocen como la catedral más antigua de España. La construcción actual de la iglesia tuvo lugar entre los siglos XI y XII, coincidiendo con su transformación en sede episcopal. El paso de los siglos ha dejado su huella en este templo, una realidad que adquiere gran relevancia al encontrarse frente a sus antiguos muros románicos.
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1Leyendas y encantos de la peculiar basílica
La distinción de ser considerada la catedral más antigua de España tiene sus raíces en el siglo XI, aunque la génesis de este lugar sagrado se remonta aún más atrás en el tiempo, específicamente al siglo VI. En esa época, los cristianos bretones huyeron de sus adversarios en Britania (la actual Gran Bretaña) y se establecieron en la Mariña lucense, donde fundaron un monasterio que muchos identifican como el precursor directo de la basílica actual.
San Martín de Mondoñedo, en el siglo XI, ostentó temporalmente una doble sede episcopal. Por un lado, albergó al obispado dumiense, que se trasladó desde Dumio (actual Braga) para escapar de la presión musulmana. Por otro lado, también fue la sede desde la cual se estableció Bretoña, hoy conocida como Santa María de Bretoña, donde los bretones se asentaron. En el siglo IX o principios del X, bajo el liderazgo del obispo Sabarico de Dumio, se atribuye la construcción o quizás la reconstrucción de la iglesia a este obispado.
Este templo abraza el estilo románico lombardo-catalán, una rareza en el norte de España. Construida con mampostería pizarrosa y sillería granítica, la basílica destaca por sus imponentes dimensiones, con una nave principal que asombra, flanqueada por notables contrafuertes añadidos en el siglo XVIII. La torre-campanario, adosada en el lateral derecho, añade un toque distintivo a la estructura.
A principios del siglo XII, la sede catedralicia fue trasladada. Debido a la creciente necesidad de prevenir invasiones marítimas, especialmente por su proximidad a la costa, se movió unos veinte kilómetros tierra adentro a un lugar llamado Vallibria. Este sitio, en recuerdo del antiguo episcopado, adoptó el nombre de Mondoñedo y se transformó en el municipio que conocemos hoy.
En el siglo XVII, la basílica fue relegada a iglesia parroquial, y no fue hasta el año 2007 que recibió el título de basílica menor, coincidiendo con una de las restauraciones más significativas de su historia.
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