La boloñesa, una joya de la gastronomía italiana, trae consigo una larga historia que se remonta a la Antigua Roma. Conocida en sus orígenes como un platillo principal de carne y relleno para el pan, esta salsa ha recorrido un largo camino, adaptándose y evolucionando a lo largo de los siglos. En Francia, adoptó el nombre de «ragú», un término que invita a abrir el apetito. Regresó a Italia durante la Edad Media, donde se convirtió en la salsa de carne picada cocinada en leche y vino que hoy conocemos.
Sin embargo, en el siglo XXI, la tendencia hacia una alimentación más consciente y libre de carne ha dado lugar a versiones alternativas de este clásico. La boloñesa vegana, manteniendo los ingredientes tradicionales como el tomate, el apio, la zanahoria, la cebolla, el aceite de oliva, el vino blanco y la sal, se abre paso como una deliciosa opción que respeta el paladar y el medio ambiente.