En la región suroeste de Francia, cerca de la frontera con España, se encuentra el pintoresco pueblo de Céret. Este rincón encantador, rodeado por la impresionante naturaleza de los Pirineos, cautiva a los visitantes con su atmósfera tranquila, su rica historia y su escenario artístico vibrante. Céret, conocido como la «Ciudad de los Cerezos«, es un destino que fusiona la belleza paisajística con la herencia cultural, creando una experiencia única para aquellos que buscan explorar las delicias de un pueblo francés fuera de las rutas turísticas convencionales.
2¿Qué hacer y ver en Céret?
Como se mencionó anteriormente, Céret alberga una serie de construcciones impresionantes que invitan a ser exploradas. Entre estas destacan la Puerta de Francia y la Puerta de España, el Museo de Arte Moderno, la iglesia de Saint-Pierre, el Puente del Diablo y la fuente de los nueve chorros, por mencionar solo algunos. Cada uno de estos lugares añade su propio encanto y contribuye a la riqueza histórica y cultural de este cautivador pueblo.
El Mercadillo de los Sábados es una feria matutina que se erige como una ventana diversa hacia la oferta local. Desde puestos de pescadería y artesanía hasta hortalizas, embutidos, vinos y flores, este mercado ofrece una experiencia variada y auténtica que refleja la vida cotidiana y los productos de la región. Es una oportunidad para sumergirse en la vitalidad de la comunidad y explorar la diversidad de productos que caracterizan la esencia de aquí.
Otro aspecto destacado es la excepcional oferta gastronómica que aguarda en los rincones del casco urbano. Los establecimientos locales sirven platillos tradicionales de la región del Vallespir, combinando productos frescos de temporada y una variedad de pescados. Este enfoque culinario resalta la conexión de Céret con su entorno y la riqueza de sabores que caracterizan la cocina local. Explorar la oferta gastronómica en este pequeño pueblo, es sumergirse en una experiencia culinaria que celebra la autenticidad y la tradición de la región.