Todo el mundo nos dice que el deporte es vida, y eso es algo que cada vez más adquiere importancia en nuestro día a día. Y es que está científicamente comprobado que desempeñar una actividad deportiva nos puede salvar de múltiples enfermedades, no solo físicas sino también mentales. A menudo, nos cuesta llevar un estilo de vida en donde haya deporte, por el simple hecho de que tenemos muchas obligaciones encima. Sin embargo, hoy te traemos esta historia de vida que da fe de que el deporte sí nos puede sacar del abismo.
8Su familiar también comenzó a apreciar más la vida
Perder a un ser querido es un golpe bajo del que cuesta una barbaridad recuperarse. Nunca se supera, sencillamente se aprende a vivir con ello. Sin embargo, con lo que le ocurrió a Pablo, su familia también empezó a valorar más la vida.
Y es que el hecho de que este no tuviera sus piernas no era motivo de cuestionamientos, ya que lo que más querían era que estuviera fuera de peligro. Es más, el tema de la movilidad se iba resolver poco a poco.
En todo ese proceso, Pablo veía a su familia feliz, y era algo que le aportaba un montón a su salud.