El acuerdo entre ERC y PSOE que ha incluido el «traspaso integral» del servicio de Rodalies de Renfe a la Generalitat deja varios detalles en el aire, incluyendo contradicciones entre el acuerdo que el partido de Pedro Sánchez con Sumar y el firmado con los independentistas, en particular por qué este último incluye la petición de mantener los abonos gratuitos en los servicios de cercanías manejados por la estatal ferroviaria, categoría en la que no entrara el servicio catalán si se concreta el traspaso.
Es un punto que, entre las recientes protestas en Ferraz, la discusión sobre la amnistía y lo complejo que es en sí mismo el acuerdo de traspaso, parece haber desaparecido de momento siendo ignorado por el partido de Junqueras. Es llamativo, sobre todo dado que los de Yolanda Díaz consideraron que era suficientemente importante para ponerlo por escrito en su acuerdo para formar la coalición de gobierno. Una medida que deja clara la importancia que se le ha dado desde Sumar a las medidas para aligerar la carga inflacionaria del bolsillo de los españoles.
El abono de transporte gratuito además se ha vuelto una de las medidas más reconocidas del Gobierno actual. Aplicada originalmente para reducir los gastos durante el proceso de recuperación pandémica, la extensión de la crisis ha sido suficiente para que se mantenga estos años, con la alta posibilidad de que se mantenga también en 2024. Es una medida que ha ido de la mano con los descuentos a los abonos de transporte de las comunidades, que son cofinanciados por el Gobierno y que también parece que se extenderá en el tiempo.
Por tanto, cumplir con la medida de la Generalitat obligará a otra negociación. La posibilidad de que desde ERC se exija mantener estas medidas, y que sean subsidiadas, además de prever que se incluyan los abonos en servicios manejados por el FGC. Será llamativo seguir de cerca esta negociación, sobre todo dado que el acuerdo entre los dos partidos de izquierda ha dejado previsto que la empresa estatal cubra la mayoría de los gastos de este traspaso, y que debe transferir a la empresa «Rodalies Catalunya», que aún no se fundó.
Por supuesto se trata de un acuerdo que aún no se ha puesto en marcha, después de todo en realidad el PSOE no ha podido siquiera anunciar fecha de investidura. Aun con lo complicado del traspaso sigue siendo un punto menor cuando se compara con las demás medidas que se están discutiendo para la investidura, pero que de igual modo demuestra todo lo que el partido de Gobierno está dispuesto a asumir con tal de sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez.
ERC PODRÍA CONSEGUIR UNA «AMARGA VICTORIA» CON EL RODALIES
En la práctica el traspaso no deja de ser problemático para la Generalitat y para ERC. El servicio de Rodalies es bastante complicado de gestionar, como todos los de Cercanías, y además medidas con la que cuentan sus usuarios como el abono gratuito deben mantenerse si quieren mantener una opinión relativamente favorable con los usuarios. Es una responsabilidad más y una complicada de cumplir, como lo demuestra seguir de cerca los comentarios alrededor de los trenes de corta distancia de la empresa estatal.
Al final podría terminar siendo un problema para el partido y el Govern. Aun si el resto de las comunidades que tienen servicios similares, Madrid y Andalucía, comparten estos problemas pueden dejar claro que las dificultades vienen directamente de Renfe, y que no son responsabilidad de los gobiernos autonómicos. A esto se le suma tener que enfrentar ahora la protesta de los trabajadores de la empresa. Estos han expresado su preocupación con el traspaso y lo que representa para sus puestos de trabajo.
EL TRASPASO DEL RODALIES EMPIEZA CON UNA HUELGA DE LOS TRABAJADORES
El problema de los trabajadores en particular ha marcado el inicio de este proceso de traspaso. Si bien los comités de empresa de Renfe y Adif han aclarado que la huelga de cinco jornadas en ambas empresas no se ha convocado contra el traspaso de los servicios a Cataluña, sino contra la posible segregación de Renfe y Adif en distintas empresas más pequeñas.
A los sindicatos, quien gestione el servicio no es lo que les preocupa, sino que «se dé un bocado» a dos de las mayores empresas públicas del país y acaben por segregarse y afectando a las garantías laborales de todos sus trabajadores.
Una de las soluciones que satisfaría a los representantes de los trabajadores es la creación de una nueva empresa dependiente de la Generalitat pero que encargue a Adif y Renfe la prestación de esos servicios. De esta forma, los trabajadores seguirán perteneciendo a estas dos empresas públicas y con las mismas condiciones actuales, al mismo tiempo que la Generalitat tendría total potestad para gestionar el servicio, los trenes y las vías que pasarían a ser de su competencia.