Que Green Day y Blink-182 vayan a estar de gira mundial de forma simultánea, y que ambas giras pasen por España, no parece una casualidad. Las dos bandas son quizás las que más responsabilidad tienen en que el sonido del pop punk se popularizara en las radios y los antros de adultos jóvenes de todo el planeta en la segunda mitad de los años 90.
Es verdad que hay mucho de fortuito en la explosión del subgénero. Después de años en los que el movimiento grunge liderado por bandas como Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden había sido la cara visible del rock la muerte de Kurt Cobain cambió la actitud de los oyentes, que quizás no se sentían tan cómodos con la oscuridad y la violencia de las letras de esos proyectos cuando se hizo evidente que eran reales. En ese momento ‘Dookie’ de Green Day apareció como una aplanadora.
Funcionando como el hermano pequeño, malcriado y algo más acomodado del grunge, el sonido de la banda de Billie Joe Armstrong tenía la misma angustia que la de Cobain. Pero mientras este último lo afrontaba con un nihilismo fatalista los de Armstrong lo veían como una excusa para divertirse, que si nada tiene sentido en vez de molestarse parece más lógico quedarse en casa fumando hierba con los amigos en vez de plantearse armar una revolución.
La historia de la explosión de Blink-182 es algo distinta. Cuando el grupo apareció en escena podían haber sido vistos como otro grupo de imitadores de los autores de ‘Longview’. Pero el conseguir, casi por sorpresa, un hit de radio como ‘Dammit’ y sumar a Travis Barker a la banda para su disco de 1999 ‘Enema of the state’ les alcanzaron para despegarse del pelotón. Enamorados del caos de la juventud el disco no huye de los momentos oscuros, pero está lleno de humor escatológico, chistes sexuales y corazones rotos, es decir todo lo que tiene en la cabeza un chico de 17 años.
VOLVER AL RUEDO CUANDO LOS HEREDEROS ABREN LA PUERTA
No parece un mal momento para que estas dos bandas vuelvan a la carretera, ni para que intenten volver al tope de las listas de éxitos. Después de todo, artistas como Olivia Rodrigo, Machine Gun Kelly y Yungblud los nombran en sus influencias. Incluso algunos proyectos más cercanos a la electrónica como los de The Chainsmokers o Billie Eilish aseguran que ambos grupos están entre sus grandes influencias.
Es que si en los últimos años ha habido un resurgir importante de la música con guitarras esto se debe en buen nivel a que estos artistas han seguido el modelo implantado por Green Day y Blink-182 en los 90: 3 acordes, a veces solo 2, coros pegadizos y algo de rabia sin sentido que puede apuntar a una ex, a los profesores del colegio o a lo absurda y complicada que puede llegar a ser la realidad. Son gritos controlados, pero contagiosos y que funcionan tanto para construir temas de rock de estadios como para convertirse en chicle pop radial. Es fácil notar la fórmula al escuchar ‘What’s My Age Again?’ de Blink o ‘Basket Case’ de Green Day.
Es que en el fondo no hay tanta diferencia entre estos temas y canciones como ‘Brutal’ o ‘Good for you’ de Olivia Rodrigo, ‘Tissues’ de Yungblud o ‘My Ex’s Best Friend’ de Machine Gun Kelly, y el parecido no se reduce a que varias de ellas hayan sido producidas por Travis Barker, es que tampoco es complicado imaginar ‘Bad Guy’ de Eilish construida con guitarra, bajo y batería en vez de su reconocible sintetizador.
GREEN DAY Y BLINK-182 Y LO DOLOROSO DE CRECER
Es bueno decir que es la segunda vez que estas dos bandas reviven aprovechando el crecimiento de artistas que claramente están influenciados por ellos. A principios de los 2000 ambas lanzaron quizás sus mejores discos apoyadas en esta ola. Es que el disco homónimo de Blink-182, lanzado en 2003 y ‘American Idiot’ de Green Day, su segundo gran pico creativo, son discos claves de principios de siglo y del rock en esa década.
En ambos casos se alejaban del sonido algo más «tonto» para hablar de temas que consideraban más importantes. El disco de Blink es un disco que habla más de cerca del amor, el desamor y la depresión entrando de lleno en emociones que en los trabajos anteriores de la banda eran motivo de chistes.
Por su lado Armstrong y compañía lanzaron una granada política al corazón de Estados Unidos. ‘American Idiot’ es, todavía, el disco norteamericano de protesta más importante de la época de Bush y uno que ganó una segunda vida durante el gobierno de Trump, con el sencillo que da título al disco siendo usado para señalar los votantes del expresidente.
Que ambas vuelvan es una buena noticia, sobre todo para escuchar qué tienen que decir artistas punk de más de 50 años, una edad a la que los grandes compositores del género no suelen llegar. Ya ‘One More Time…’ de Blink-182 ha sido aplaudido por fanáticos y la crítica y al menos el primer sencillo de lo nuevo de Green Day, ‘The American Dream Is Killing Me’ es una buena señal de lo que ‘Saviors’ puede representar.