El acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez sigue siendo el protagonista de los titulares, pero al hablar de la amnistía todos los días algunos de los acuerdos cerrados por el líder del PSOE han quedado en segundo plano. Uno de ellos es el de entregar «de forma íntegra» el manejo del servicio de Rodalies, el equivalente catalán del cercanías, a la Generalitat de Cataluña. En la práctica es una petición que ERC y Junts han hecho desde hace años, y en la que incluso en ocasiones han conseguido apoyo distante al independentismo por lo que se percibe como un mal funcionamiento del servicio.
De hecho los primeros pasos para este acuerdo, o al menos este punto del acuerdo, se dieron en 2010, cuando a petición de la Generalitat se entregaron las funciones de gestión, regulación, planificación, coordinación e inspección de los servicios, las actividades y la potestad tarifaria. De hecho Renfe solo se encargaba de manejar los trenes de Rodalies y Adif de la construcción y mantenimiento de las vías del ferrocarril.
Pero es que según el acuerdo firmado por ERC y el PSOE Renfe tendrá que encargarse de pagar por el traslado. Es que la estatal tendrá que traspasar a una nueva empresa que se formará para manejar el servicio, Rodalies Catalunya. Además, se tendrá que formar un grupo de trabajo entre el e MITMA y el Departament de Territori para revisar las mejoras «necesarias» que debe hacer Renfe antes del traspaso, entre las que destaca finalizar las obras para que pueda operar el servicio entre Lleida a Manresa.
El acuerdo también saca a Adif de la ecuación catalana. Es que también se transferirá a la nueva empresa la titularidad de todas las vías de ferrocarril que solo presten servicio dentro del territorio de la Generalitat. Esto disminuye las rutas sobre las que el gobierno tiene potestad, pues también limita la posibilidad de usar trenes de Renfe, o incluso de alguna de sus competidoras en las rutas 100% catalanas.
Además, obliga al Gobierno a transferir a la Generalitat los fondos necesarios para cubrir la deuda asumida por Renfe para operar dentro de la comunidad autónoma, este monto está calculado en 132.723.044 euros. Esa deuda incluye una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña obliga a la Generalitat a pagar a Renfe los 80 millones de euros, que es cuando menos un punto interesante en la conversación.
Para ello se creará un organismo de seguimiento y participación en la ejecución del Pla de Rodalies. El mismo tendrá que encargarse, según se lee en el texto «adoptar una determinación, priorización y calendarización anual de las actuaciones e inversiones infraestructurales previstas en el Pla de Rodalies de Catalunya, así como de otras actuaciones que resulten necesarias para la reposición de activos y mejora de las prestaciones de la infraestructura».
No es poco. El servicio transporta al día unos 5,3 millones de personas, según datos de la ‘Actualización del Plan de Rodalies de Catalunya (2020-2030)’ publicado por Renfe, que significa que atiende cerca del 70% de la población de Cataluña. El riesgo es que ahora pasarán a ser el rostro de cada uno de los problemas que, de forma rutinaria, enfrenta el servicio. Desde los problemas climáticos pasando por los problemas de mantenimiento los motivos para que este servicio se retrase son variados y simples, y hasta ahora la ferroviaria estatal era la responsable de ellas para el público.
Será interesante ver cómo se maneja esta situación ahora desde el Govern, además la decisión ocurre en un momento especialmente delicado para el servicio y para quienes dependen del mismo. Rodalies, al igual que los servicios de cercanías de Madrid y Andalucía, tiene sus bonos gratuitos aprobados hasta el año que viene, con el acuerdo entre el PSOE y Sumar incluyendo su extensión al menos durante todo 2024, una medida a la que probablemente deba sumarse el servicio catalán.
RODALIES: UNA IMPORTANTE PERDIDA PARA RENFE
Pero el gran perdedor de este acuerdo de momento es Renfe. La empresa dirigida por Raúl Blanco Díaz, se queda sin uno de los servicios más usados de una de las comunidades clave del país. Si bien no es probable que la empresa haga muchos comentarios al respecto, después de todo su presidencia la elige el Gobierno a través del Ministerio de transporte, movilidad y agenda urbana, también es fácil imaginar que dentro de la empresa la decisión genere incomodidad, aunque también es verdad que les resta algo de presión.
Es que si bien son dos de los servicios más utilizados por los españoles Cercanías y Rodalies son también dos de los más criticados. No debería ser una sorpresa, después de todo son parte de la rutina diaria de los ciudadanos y cuando se retrasan afecta su plan de trabajo ese día. Visto así no sería raro que Renfe haga el esfuerzo de asegurar que se señale la nueva gestión cuando haya problemas, después de todo ya ha hecho un esfuerzo importante para que los problemas de los trenes de alta velocidad de Ouigo e Iryo no salpiquen al AVE.
Es que hace solo un par de semanas el servicio tuvo un retraso generalizado de unos 20 minutos en una de sus líneas y a principios del año una suspensión completa de todas las líneas por varias horas. En ambos casos el portavoz de Esquerra Republicana en el congreso, Gabriel Rufian, usó los eventos para hablar de la independencia, ahora un fallo similar podrá ser, y seguramente será, usado en su contra.
EL TRANSPORTE EN CATALUÑA COMO PUNTO DE TRUEQUE DEL PSOE
Aunque de momento Renfe seguirá siendo clave para Cataluña debido a la conexión del AVE entre la capital y la ciudad condal, sigue siendo interesante ver como desde la Generalitat se usa el arma de transporte y en especial el de los trenes como piedra de canje. Será interesante ver si desde ERC se decide poner el ojo sobre las conexiones con Madrid, o incluso sobre las recientes rutas internacionales con destino a Francia que la empresa ha empezado a operar durante el verano de este mismo año.
Pero la medida sin duda debilita a Renfe. Aunque para la mayoría la principal noticia será, con razón, la ley de amnistía no hay duda de que esta decisión afecta la estatal además de quitarle una vitrina en una de las ciudades que más turistas recibe a nivel internacional. De todos modos no es menos cierto que a largo plazo puede resultar ser un problema para el gobierno catalán que ahora será el blanco de las críticas que antes llegaban a la estatal. Renfe por su lado al menos podrá dejar de recibir las críticas por los retrasos de sus servicios en catalán.