Las bases de Podemos deciden su autonomía frente a los vetos Yolanda Díaz

Podemos somete a votación de sus inscritos este jueves y viernes su nuevo documento político, que redefine su nueva hoja de ruta de la organización y vincula cualquier acuerdo de coalición electoral al respeto a su autonomía política, así como la celebración de primarias «sin vetos» tras el pacto de coalición suscrito con Sumar, que se ve amenazado ante el rechazo de Yolanda Díaz a incluir a miembros de Podemos en el Gobierno.

A su vez la secretaria general, Ione Belarra, ha trasladado este miércoles que en los últimos dos años ha habido un proceso con el objetivo de «reducir la capacidad de acción política y de representación» de Podemos para «sustituir» su proyecto por otra «propuesta que no moleste a la estructura de poder».

Esta votación supone la última fase del proceso de rearme de la organización que lanzó la cúpula del partido el pasado 16 de septiembre con la elaboración un nueva hoja de ruta abierta a las aportaciones de las bases y que culminará este sábado, con una conferencia política en Madrid donde se dará a conocer el resultado de esa consulta y las líneas maestras de la estrategia del partido para los próximos meses.

PODEMOS Y LOS VETOS DE YOLANDA DÍAZ

Desde el partido han explicado que el texto se ha debatido en una treintena de encuentros a nivel autonómico, con la participación de los principales dirigentes estatales, y en centenares de reuniones en los círculos.

En total han participado 5.900 militantes de forma presencial y directa y se han recogido 2.255 enmiendas, tanto individuales como colectivas. En el documento final se han incorporado el 86,16% de esas aportaciones.

Así, la pregunta que el partido dirige a los inscritos es la siguiente: «¿Apruebas la nueva hoja de ruta de Podemos en la que se refuerza su autonomía, su fortalecimiento como organización, y la articulación de acuerdos preelectorales cuando estos sean útiles y siempre que las listas se configuren mediante primarias y sin vetos?».

Con ello, centra el foco en las condiciones para las futuras alianzas electorales de unidad en la izquierda y después de que la líder del partido, Ione Belarra, advirtiera al inicio del proceso en septiembre que las condiciones del acuerdo de coalición con sumar para los comicios del 23J no podían volver a repetirse, dado que fueron injustas con el partido, no hubo primarias y se excluyó de las listas a la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Hoy y a través de un vídeo difundido en redes sociales, Belarra ha elogiado que el debate colectivo sobre la estrategia del partido ha alcanzado un nivel de participación efectiva de las bases «sin precedentes».

Ione Belarra E Irene Montero, Líderes De Podemos, Tratan De Aferrarse A Los Ministerios
Ione Belarra E Irene Montero, Líderes De Podemos, Tratan De Aferrarse A Los Ministerios

Por tanto y tras poner en valor las cualidades de su formación, Belarra ha apelado a la necesidad de recuperar un Podemos «fuerte» que sea capaz de «marcar la dirección de Estado» como hizo en 2018 y 2019, y que también sea capaz de desplegar una agenda feminista ambiciosa, que pelea por una reducción efectiva de los precios del alquiler en la Ley de Vivienda y que no tiene miedo a decir que Israel es un «Estado genocida» con su ofensiva militar en Gaza.

PODEMOS RECHAZA VOLVER A LA POLÍTICA DE DESPACHOS

En septiembre, la líder de Podemos desgranó que su responsabilidad es preservar la forma de hacer política de su organización y por eso se fijó en el documento inicial la voluntad de llegar a acuerdo de unidad en la izquierda para próximos comicios, pero siempre y cuando se garantice «respeto mutuo a la autonomía» entre las distintas formaciones que se coaliguen.

A su vez, manifiesta claramente que son un proyecto político propio y subraya que no existe la posibilidad de doble militancia en la formación (opción que sí deja abierta los estatutos de Sumar), por respeto a sus propios órganos y a las demás fuerzas políticas.

Una de las conclusiones del texto es la convicción de que Podemos «jamás» va a compartir el «retorno» a la «vieja cultura política pre15M, de despacho y de dirigentes que llevan 30 años ocupando cargos públicos y orgánicos».

También rechaza desplegar una «noción tecnocrática» o «aristocrática» del «gobierno de los mejores». A cambio, mantendrá su «seña de identidad» de fomentar las consultas a sus bases frente a las «dinámicas antiparticipativas» que siguen «imperando» en las principales fuerzas políticas.