La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a quince años y medio de cárcel por asesinato a un joven de 18 años que mató al padrastro de un amigo el 10 de noviembre de 2021 en las inmediaciones de un bar del barrio de Canillejas tras discutir previamente por teléfono.
Así consta en una sentencia, que se sustenta en los hechos probados por un jurado popular, que descartó que actuará bajo legítima defensa.
El jurado popular da por probada la tesis planteada en el juicio por la acusación particular, que ejerce el abogado Jaime Sanz de Bremond en nombre de la familia de la víctima. El letrado defendió que el fallecido no pudo defenderse al verse sometido a un ataque sorpresivo cuando se encontraba en un bar de Canillejas.
Según su acusación, el amigo del acusado provocó que la víctima saliera del bar al propinarle un golpe y fuera abordada en el exterior del local en cuestión de segundos por el procesado, sin posibilidad alguna de defensa.
El tribunal de jurado determinó que se trataba de un crimen premeditado, ya que Marco M. F. se valió de un menor de edad para lograr que la víctima saliera del establecimiento en el que se encontraba, una emboscada planeada entre ambos, que aprovechó para que sin posibilidad alguna de defenderse, apuñalara a David en cuanto éste puso un pie en la calle.
El jurado consideró probado que Marco M. F. actuó de manera rápida y sorpresiva, valiéndose de la artimaña de sacarle del bar para darle muerte, toda vez que víctima y verdugo ni siquiera se conocían de vista, ya que las diferencias entre ambos se produjeron durante una conversación telefónica.
La sentencia establece que sobre los hechos probados no hay controversia, más aún si se tiene en cuenta que en el momento de la detención, el condenado reconoció que había apuñalado a David, circunstancia que tuvo gran relevancia a la hora de esclarecer los hechos.
El jurado popular también descartó que Marco sufriera al tiempo de los hechos una perturbación mental, aunque fuera momentánea, que le impidiera por completo y de manera absoluta conocer que lo que hacía era contrario a derecho. El jurado concluyó que con su acción el condenado quiso causar la muerte de David o que en última instancia actuó asumiendo y aceptando este resultado.