Expertas y trabajadoras de servicios sociales han defendido la importancia de visibilizar el papel de la mujer en los Servicios Sociales y han destacado que ya no se pueden concebir los Servicios Sociales sin una «mirada feminista».
Así lo han puesto de manifiesto este jueves durante el XXX Congreso Nacional de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales (AEDYGSS), que se ha celebrado en el Centro Cultural La Serna, en Fuenlabrada (Madrid), bajo el lema ‘La mirada de las mujeres en servicios sociales’, y en el que todas las ponentes han sido mujeres.
«Todas las participantes son mujeres», ha destacado al comienzo del acto Carmen Tamayo Lacalle, de la AEDYGSS, para explicar que este año han querido que «se escuchen las voces de las mujeres», visibilizar su papel y «reconocer a la mujer como gestora y productora de conocimiento en los Servicios Sociales».
Tal y como ha precisado Tamayo, «la llegada del Estado de bienestar y la profesionalización de los Servicios Sociales han afianzado la relación entre género y cuidados que ya se daba en el ámbito informal» y «esta situación ha provocado una fuerte feminización en el ámbito profesional en el sistema, no solo en el nivel técnico sino también en el de la política social».
«Somos muchas las que hemos hecho equilibrios en nuestras trayectorias vitales, profesionales y familiares, y que podemos ser referentes para las nuevas generaciones, debemos alzar la voz para motivarlas a seguir, se acabó», ha subrayado.
Para la concejala de bienestar social del Ayuntamiento de Fuenlabrada, Cristina Mora, ya «no se pueden concebir los Servicios Sociales sin esa mirada feminista» y así se ha puesto de relieve también en una primera mesa redonda, titulada ‘La voz de las mujeres, la comunicación en servicios sociales’, en la que ha intervenido la trabajadora social, socióloga y profesora de la Universidad de la Rioja, Esther Raya Diez.
«En una sociedad que presuponemos igualitaria, todavía sigue habiendo una brecha, tenemos que seguir hablando de la mujer porque aunque nos definamos a favor de la igualdad, y tengamos parejas más igualitarias, incluso feministas, todavía sigue habiendo muchas situaciones de desequilibrio. No podemos ya permitirnos no ponernos las gafas violeta», ha asegurado.
En todo caso, ha puntualizado que hablar de género y de desigualdad «no es ir contra los hombres» sino que ha invitado a «aunar esfuerzos» para ir «todos» juntos «contra una situación estructural de desigualdad». En este sentido, ha avisado de que, aunque parece que «ya se ha conquistado la igualdad» hay que seguir manteniendo «la lucha» por los espacios y ha lamentado la situación en algunos ayuntamientos y comunidades autónomas donde se han llevado a cabo «cambios en nomenclaturas de departamentos y áreas de violencia de género».
Además, ha advertido de que el sistema de Servicios Sociales «con su perímetro» no escapa a la realidad que lo rodea, que es parte de «una sociedad patriarcal y machista», aunque también ha asegurado que, «a la vez es un sistema muy permeable a la igualdad».
LA MAYORÍA DE USUARIAS SON MUJERES
Por otro lado, en otra mesa titulada ‘Nuevas perspectivas de la intervención social’, y moderada por Natalia Vila Torres, de la AEDYGSS, trabajadoras del sector han puesto de manifiesto cómo la mayoría de las usuarias del sistema de Servicios Sociales son mujeres.
Así lo ha apuntado la psicóloga Marian Fernández Sancho, del Ayuntamiento de San Fernando de Henares, que ha advertido del riesgo de «caer o reproducir modelos sexistas» en medio del «caldo de cultivo que es el patriarcado».
Por ejemplo, ha señalado que «la mayoría de usuarias de los Servicios Sociales son mujeres» porque «se hacen cargo de las necesidades y demandas de toda la familia». «Excluimos de la intervención a los hombres, les exculpamos más fácilmente sus negligencias. Las cargamos más a ellas», ha avisado.
Además, la educadora social Carmen Hernández Guillen, del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ha indicado que a veces ha sentido en su trabajo «un rechazo por el hecho de ser mujer» por parte de usuarios, por ejemplo, en familias donde el hombre tiene un rol muy marcado. En cualquier caso, ha insistido en que «no depende tanto de ponerse o quitarse las gafas» porque «cuando el feminismo entra en tu vida» ya es «imposible no transferirlo a tu práctica profesional».
También han puesto de manifiesto las «dificultades» que observan en hombres para expresar sus sentimientos o emociones, algo que la trabajadora social Marta Soldevilla Armas, del Ayuntamiento de Logroño, ha achacado al «efecto del patriarcado en ellos». «Por esas creencias de que un hombre tiene que ser el exitoso, que no puede fallar», ha constatado, al tiempo que ha subrayado la tarea que tienen como profesionales del sector para «deconstruir esos mandatos» de género impuestos a las mujeres.
El Congreso, que continuará este viernes, ha sido organizado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, de la que su presidente, José Manuel Ramírez, ha destacado su «absoluta independencia» y su «absoluto compromiso con los Servicios Sociales». Además, ha enfatizado, entre los valores de la asociación, la «defensa de lo público», la defensa del «valor de lo local, de la proximidad», que piensan «en el rostro humano de la gente» y, «a partir de ahora también», que hablan «desde el feminismo».