Las imitaciones son un problema histórico para las marcas españolas, sobre todo aquellas atadas al lujo. El problema es que a medida que avanza la tecnología estas imitaciones también encuentran nuevos espacios para venderse y ahora esto obliga a las empresas a adaptarse a esta nueva realidad y prepararse para confrontar las imitaciones en espacios web. En esta situación es bueno conocer cómo pueden defenderse de estos nuevos «manteros» que prefieren TikTok ante una plaza pública en la noche.
El problema es que, como ya se contó en este medio, las marcas están obligadas a estar atentas y denunciar ellos mismos las violaciones a las normas de propiedad intelectual. Esto los obliga a mantener vigilancia constante, que pasa por los equipos de redes sociales que deben estar atentos a las respuestas de los usuarios ante la situación. En cualquier caso se trata de una situación complicada de enfrentar, pues todos los días aparecen perfiles que venden productos de marcas importantes a precios complicados de explicar.
«Manteros» que prefieren TikTok ante una plaza pública en la noche.
También dependen de los usuarios. No es solo el hecho evidente de que mientras haya compradores este tipo de productos seguirá habiendo nuevos perfiles que los vendan, sino que además muchas veces son los que pueden detectar las ventas de imitaciones en redes sociales. Muchas veces para ellos es importante que el usuario comunique estas falsificaciones, las reconozca por la calidad posterior a la compra o precio al toparse con alguno de los vendedores de este tipo de productos en línea.
Es también un problema para las plataformas. Es bueno recordar que un espacio web, según la ley española, es responsable de lo que se publica en el mismo. Esto pone en un problema tanto a redes como TikTok e Instagram, los espacios donde hacen vida la mayoría de estos «Manteros web» y de marketplaces digitales como Amazon o Wallapop, que también deben estar alerta ante este tipo de situaciones.
LOS RIESGOS PARA QUIENES VENDEN IMITACIONES
Lo cierto es que los vendedores están asumiendo riesgos importantes por esta actividad, siempre y cuando se vendan estos productos a sabiendas de que son falsos. El riesgo incluye sentencias de cuatro años de cárcel, además de la posibilidad de tener que pagar los daños económicos que generaron a la empresa. En esto último los vendedores de imitaciones en la web están en un riesgo mucho mayor que los «manteros» tradicionales que se pueden encontrar en la puerta del sol.
Su ventaja justamente es que empresas que además están lidiando con un problema inflacionario que puede tener un efecto directo en el consumo. Dado que para unos compradores acostumbrados a presumir de marcas las imitaciones pueden ser una opción en un momento en que su bolsillo está especialmente afectado, y lo estará aún dado el evidente aumento del precio del combustible debido a la nueva crisis en la franja de Gaza.
Si asumen este riesgo es porque es un negocio lucrativo. Es el mismo motivo por el que los manteros de sol se mantienen en una plaza tan frecuentada por la policía, al mismo tiempo si bien es verdad que los vendedores de la calle suelen tener más necesidades, al menos según lo que se muestra a primera vista. Es que las imitaciones de las redes suelen presentarse en espacios o almacenes más cómodos, cuando no directamente en tiendas que pueden desaparecer si una de las marcas presenta la demanda a tiempo.
EL COSTO DE LAS FALSIFICACIONES PARA LAS MARCAS ESPAÑOLAS
Las falsificaciones no son un problema menor. De hecho el costo es bastante alto, según los últimos datos de Asociacion Nacional para la Defensa de la Marca (ANDEMA) las marcas pierden unos 2.200 millones de euros al año, además en una reunión con el Ministerio de Interior en 2022 aseguraron que el 65% de los productos que los españoles compran en servicios en línea son imitaciones. Visto así es importante que se tomen las medidas correctas aunque sigue siendo algo que depende de las marcas.
Es bueno recordar que la policía y la guardia civil solo se pueden tomar medidas cuando hay una denuncia de parte de las marcas involucradas. Esto hace que muchas veces los procesos sean lentos, si es que las marcas deciden involucrarse, aun si desde la policía aseguran que en circunstancias excepcionales pueden acercarse a una empresa para recomendar que se presenten las denuncias.
En cualquier caso no es un problema que se pueda resolver en un solo día. Con ANDEMA intentando usar eventos como la semana de la moda de Madrid como altavoz para hablar del problema. Es cierto que parece un problema que se mantendrá mientras los compradores estén dispuestos a arriesgarse con productos de imitación con tal de ahorrar algunos euros, sobre todo en un momento en que la inflación puede aumentar la tentación.