Es complicado definir cómo se hace un buen disco, en particular cuando se habla de Pink Floyd. La mítica banda inglesa es reconocida como una de las progenitoras del rock progresivo, por su capacidad de crear paisajes poéticos de una belleza especial, construidos sobre un sonido irrepetible incluso dentro de su subgénero. Ningún disco demuestra ese estilo de forma tan completa como el mítico ‘Dark Side Of The Moon’ de 1973.
Un disco musicalmente construido cuidando hasta el último detalle y con una producción impecable es la cúspide como letrista de Roger Waters y como compositores de Richard Wright y David Gilmour, la mejor demostración de lo bien que los cuatro miembros principales funcionaban como unidad y una prueba fehaciente de la capacidad de la música de pasar de generación en generación, aún es normal ver adolescentes con la camiseta de la portada del disco. Pero irónicamente uno de los miembros del grupo, el bajista Roger Waters, parece haber olvidado todo esto.
Vale la pena ponerse en contexto. En 1973 Pink Floyd estaba formada por el propio Waters, el guitarrista David Gilmour, el baterista Nick Mason y el tecladista Richard Wright, pero ya había sufrido una pérdida. El primer vocalista, compositor original y figura clave del grupo, Syd Barret tuvo que dejarlos por sus problemas de drogas, que causaron una degradación mental que le obligó a alejarse de la música del todo mientras sus ex compañeros llegaban a la cúspide del rock.
Pero a pesar de ya no ser un miembro fijo de la banda la sombra de Barrett siempre flotó alrededor de sus discos, y ‘Dark Side Of The Moon’ no es la excepción. Un álbum conceptual que funciona como meditación de cada uno de los aspectos de la vida analizados por un loco que existe en el «lado oscuro de la luna» desde el principio es evidente de quien hablan. Esto llevó a la banda a estar en una sincronía que no se repetiría en el resto de su carrera, ni siquiera en discos que quizás sean mejores Pink Floyd volvió a funcionar tan bien como unidad, y se nota cuando la mayoría de la banda no está en las canciones.
ROGER WATERS NO ES TODO PINK FLOYD
Aunque no hay duda de que el bajista es una de las grandes mentes del rock y fue clave en el éxito de la banda tampoco la hay de que su trabajo no brillaba sin la compañía de los demás miembros. Incluso cuando hay un par de discos del inglés como solista que vale la pena revisar, ‘Radio Kaos’ de 1987 y el más reciente ‘Is This the Life We Really Want?’ de 2017 es complicado compararlo con el nivel que alcanzaba el conjunto.
Así se nota en las nuevas versiones de las canciones. Aunque hay momentos en los que el cansancio de la voz de Waters puede funcionar en algunas piezas la necesidad de agregar más versos a las letras, que ocupan el lugar de los solos de Gilmour y Wright, es incluir más de sus ideas dentro de un trabajo que siempre brilló por los colaboradores.
«Yo escribí ‘Dark Side of the Moon’. Es hora de olvidarnos de eso de nosotros. Si, éramos una banda, éramos cuatro y todos contribuimos, pero era mi proyecto y yo lo escribí», insistía hace unos meses el bajista en una entrevista para el periódico británico ‘The Telegraph’. Lo cierto es que escuchando la nueva versión se hace más evidente que las palabras que Waters escribió para el disco no serían nada sin el resto de Pink Floyd y la necesidad de eliminar de este nuevo el lanzamiento las contribuciones de sus compañeros solo demuestra que la parte controladora del artista sigue allí.
50 AÑOS DE UN CLÁSICO
Por fortuna el nuevo lanzamiento no reemplaza al original ni en plataformas de streaming ni en las colecciones de discos de millones de fanáticos, después de todo ‘Dark Side Of The Moon’ aún es el tercer disco más vendido de la historia. Pero lo que sí se hace evidente de esta revisión del clásico original es que en la música las palabras no son todo, y que una banda, ese complicado matrimonio que a veces incluye más de 4 personas, requiere de todas sus piezas.
Más allá de la necesidad de Roger Waters de ser una figura de los tabloides, recordemos que antes de querer borrar la contribución de sus compañeros de banda había insistido en que Ucrania lo tenía en su lista de objetivos y comparó el estado de Israel con los nazis, nadie puede borrar sus contribuciones para la música. Nadie, ni siquiera él mismo.
Lo que logró Pink Floyd con su disco fue traducir en 8 canciones el prisma a través del cual veían la vida. Pero en plural, por qué la vida necesita de otros, aunque a veces sean insoportables y aunque con el tiempo queramos ignorar a personas que fueron más importantes para nuestros logros de lo que nos gustaría admitir.