Los líderes abordan las dudas sobre cómo preparar la UE para la entrada de nuevos miembros

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea abordan este viernes el inicio de un debate de fondo sobre los cambios que debe emprender el bloque a nivel interno antes de abrirse a la entrada de nuevos miembros, con dudas respecto a cómo articular el proceso y cómo «pagar» los cambios que resulten de una nueva ampliación.

A su llegada a la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebra en Granada, los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo europeo, Charles Michel, han coincidido en la necesidad de «estar preparados» para cuando los países candidatos cumplan los criterios que se les exige.

Es la primera ocasión «en años» que este debate se aborda al máximo nivel de líderes, ha recordado Michel, quien este verano apuntó 2030 como el plazo para sopesar nuevas adhesiones.

El Ejecutivo comunitario que lidera Von der Leyen, no obstante, se mantiene más cauto respecto a poner fechas al camino e insiste en que la entrada al club comunitario sólo debe basarse en los «méritos» cumplidos de los candidatos y no de decisiones políticas.

En este contexto, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha apuntado la «fatiga de ampliación» que percibe en los líderes, al tiempo que ha expuesto sus distintas percepciones respecto a las perspectivas de distintos candidatos.

UCRANIA ES UN PAÍS EN GUERRA

Así, el mandatario húngaro ha dicho ser un «gran promotor» de la entrada de Georgia en la UE y considerado «injusto» que no se den más pasos con este país, pero también ha dejado claras sus «muchas dudas» sobre las opciones de Ucrania por ser un «país en guerra».

«Nunca ha habido una ampliación con un país en guerra. Es difícil, hay muchas preguntas, debemos tener una discusión estratégica», ha insistido, antes de reclamar «cálculos» sobre el impacto de la entrada de un país como Ucrania en grandes políticas comunes como la agrícola o los fondos de cohesión.

El primer ministro belga, Alexander de Croo, ha avisado también de que la UE «no está lista» para sumar tantos nuevos socios como aspirantes hay hasta que el bloque no modifique su «manera de gestionar y de tomar decisiones». «Una ampliación de la UE sólo puede darse si es beneficioso para esos países pero también para nosotros. Puede ser un beneficio económico, de seguridad, pero a día de hoy no estamos preparados», ha remachado De Croo.

El mandatario irlandés, Leo Varadkar, por su parte, ha abogado por «ser honestos y realistas» sobre los tiempos que requiere cada proceso de adhesión porque es un camino que lleva «años» y no debe tener atajos.

ENFOQUE A MEDIDA

El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha apostado por un «enfoque a medida» puesto que «hay diez candidatos y cada uno necesita un enfoque específico», al tiempo que ha admitido que la inclusión de Ucrania como candidato ha acelerado todo el proceso para los países que ya estaban en cola.

Para el primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo, la ampliación es una «necesidad geopolítica» de la Unión Europea, si bien ha abogado por esperar a los informes de la Comisión Europea. El proceso, ha agregado, debe ser en todo momento «abierto» y «claro», teniendo en cuenta además que los países aspirantes deben «cumplir los criterios».

Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha defendido la necesidad de cambiar las reglas de toma de decisión para que en materia de política exterior o fiscal puedan adoptarse por mayoría cualificada y no por unanimidad como hasta ahora.

Asimismo, ha advertido de la imposibilidad de que cada Estado miembro cuente con un comisario porque no sería operativo para el funcionamiento de la Comisión y ha prevenido de que los países receptores netos de fondos de cohesión no pueden esperar seguir siéndolo en una UE ampliada.

También la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, ha instado a abordar el debate de la ampliación cuanto antes a nivel de los ahora Veintisiete, ya que entiende que independientemente de que los países aspirantes puedan cumplir o no los criterios de entrada antes la UE tiene que «hacer los deberes».