Las miniaturas son reproducciones reducidas de un original cuyo tamaño es mayor. Según la escala, la diferencia entre las dimensiones del original y las dimensiones de la reproducción es más o menos considerable. Aunque es posible que haya a quien pintar miniaturas se le antoje un pasatiempo estresante, para otras personas es, en cambio, una afición relajante. En cualquier caso, las miniaturas son un reto.
Estas piezas de artesanía, generalmente confeccionadas a mano, requieren de una gran precisión y paciencia. En España, contamos con un museo cuya colección se centra justamente en miniaturas. L’ Íber, ubicado en Valencia, es el conocido Museo de los Soldaditos de Plomo. En él se exponen extensas muestras de escenarios que recrean, entre otras cuestiones, escenas históricas protagonizadas por personajes de un tamaño considerablemente pequeño; lo que hace que resulten graciosas a ojos del visitante.
Este arte de crear miniaturas recibe el nombre de modelismo. Aunque hay tiendas físicas, al igual que ha sucedido con negocios de otros sectores, la persona interesada en hacer de esta afición su próximo hobby –o incluso, su ocupación profesional- puede encontrar los productos que necesita para ello en una tienda de modelismo online.
Green Stuff World ofrece en su página web pintura y accesorios para quienes quieren hacer modelismo. Con ubicación en Alicante, realiza envíos nacionales e internacionales (Corea del Sur incluida) de paletas húmedas, arcillas poliméricas, plantas de papel (para la escenografía), colorante de resinas para creaciones en impresoras 3D, y todo cuanto necesita el miniaturista.
Consejos para pintar miniaturas
A continuación, hay unos cuantos consejos especialmente útiles para quienes empiezan a introducirse en este mundo:
Aplicar la capa de imprimación con el color adecuado
Es uno de los pasos previos a realizar. La imprimación consiste en aplicar una capa de pintura especial sobre la miniatura. El objetivo radica en preparar la superficie para que, cuando se aplique la pintura posterior, ésta quede bien fijada. La imprimación se puede realizar con pincel, con spray y con aerógrafo. El pincel es más lento que el spray, que resulta más cómodo. Sin embargo, el spray requiere de un sitio con mejor ventilación que el pincel o el aerógrafo.Los colores que se utilizan para la imprimación son habitualmente:
- El negro: Imprimar con negro presenta la ventaja de que, en el caso de los recovecos más recónditos, la miniatura muestra esa capa negra a modo de sombra. Esto hace que si hay algún recoveco al que es difícil llegar, y la pintura no lo ha alcanzado, este detalle pase desapercibido. Como desventaja, presenta la dificultad que tiene el negro para quedar cubierto por otras capas de pintura. Además, al ser oscuro, puede afectar al acabado final.
- El blanco: Aunque no disimula los recovecos difíciles (que, en este caso, sí o sí habría que cubrir con las posteriores capas de pintura), el blanco permite cubrir la miniatura con los tonos que se quieran sin que se vean oscurecidos.
- El gris. Es similar a la imprimación blanca en sus ventajas y desventajas. No es un color que evidencie las áreas de luces y sombras.
- Un color distinto de los anteriores: Esta opción se utiliza para miniaturas que van a ser muy similares, que cuentan con elementos comunes y repetitivos. Por ejemplo: los soldados que forman parte de un mismo ejército. Como el uniforme es de un color base, se puede tomar este tono como color para la imprimación y, posteriormente, aplicar las capas de pintura en el resto de las áreas no correspondientes al uniforme.
Si hubiera que escoger una imprimación, para quien se está iniciando, lo más recomendable es optar por una imprimación negra, o por una imprimación mixta (mezclando blanco con negro) y aplicando esta imprimación gris resultante sobre una imprimación previa de negro. Esta última opción es una labor más lenta, pero permite obtener una imprimación que facilitará detectar qué zonas serán de luz y cuáles, de sombra.
Diluir la pintura con agua
La tendencia natural es coger el pincel, cargarlo de pintura y darle color inmediatamente a la miniatura. Pues bien, contrario a esto, lo aconsejable es coger el pincel, tomar pintura y diluir ésta en agua, antes de aplicarla sobre la miniatura. Si la pintura se aplica directamente del bote, la miniatura puede adquirir un acabado final rugoso, áspero, grueso… En cambio, diluir la pintura en agua hace que fluya, que se pueda aplicar con más facilidad, que admita hacer juegos de veladuras… A la par que no compromete una superficie final lisa y suave. Para diluir la pintura se utilizan paletas húmedas.
Utilizar soportes durante el pintado
Para trabajar más cómodamente con la miniatura, hay marcas que ofrecen soportes para colocar sobre ellos las miniaturas y así poder pintarlas con mayor comodidad. Mantener la miniatura fijada sobre un soporte permite evitar tener que sujetarla con las manos y emborronar zonas ya pintadas, dejar huellas indeseadas que crean texturas también imprevistas, y otras tantas fatalidades.
Escoger una paleta adecuada
Es importante que la paleta, la gama de colores a utilizar, comprenda colores (salvo en casos especiales) quebrados. Los tonos quebrados son los tonos contrarios a los saturados. Estos últimos no son habituales en la realidad, con lo que utilizar colores chillones, en su estado puro, sin neutralizarlos, puede llevar a que la miniatura diste del realismo que le proporcionaría un acabado más atractivo y agradable a la vista.Lo mismo sucede con los puntos máximos de luz y de sombra. Conviene huir del blanco y del negro puro y, en cambio, mezclar ambos con algún otro tono cuando se trate de delimitar el área de luz de la de sombra.