La posibilidad de que el mundial centenario en 2030 se celebre en España puede estar pendiendo de un hilo. A pesar de las sonrisas en la reunión entre Pedro Sánchez y Gianni Infantino la RFEF es quizás más reconocida en estos momentos por la crisis causada por el ya infame «pico» de Rubiales a Jenni Hermoso y a esto se debe sumar que la candidatura española va de la mano de Marruecos, un país acusado más de una vez de violaciones a derechos humanos y persecución a periodistas.
Es cierto que para la FIFA esto último nunca ha sido demasiado importante, después de todo los últimos dos mundiales masculinos se han celebrado en Rusia y Qatar respectivamente. Pero la controversial en la federación española ocurre precisamente durante el momento en que se está tomando la decisión sobre el destino de la copa del mundo por lo que puede tener un mayor efecto del usual, y a esto se le puede sumar que la decisión en un momento como este puede hacer que se vuelva a poner la lupa en el tema marroquí, sobre todo dado que aún se afronta la mala prensa de celebrar el evento en un país árabe y fuera de las fechas tradicionales.
Es cierto que para la FIFA los DDHH nunca han sido demasiado importantes, después de todo los últimos dos mundiales masculinos se han celebrado en Rusia y Qatar.
Será llamativo, por tanto, seguir la decisión los próximos días. Ya antes de la crisis actual la candidatura de España, Portugal y Marruecos tenía que lidiar con el argumento de Uruguay y Argentina de volver a celebrar el torneo al sur de Latinoamérica 100 años después de la primera edición. Esta idea puede ser suficiente tentación para la federación internacional, pero también hay que tomar en cuenta lo complicado que puede ser económicamente asumir los costos para la candidatura americana.
La realidad es que Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile no están en la misma situación económica para acoger la cita mundialista que las naciones europeas. Además, que estos países se verían obligados a remodelar sus estadios para recibir los partidos, cosa que no es necesaria en buena parte de los estadios de españoles y portugueses, aun si el sueño de hacer un estadio para la selección en Sevilla puede haber desaparecido con la salida de Rubiales de la presidencia de la RFEF.
UNA CANDIDATURA CAMBIANTE
Tampoco es como si Marruecos fuera el primer aliado extraño que España ha asumido en su intento de atrapar el mundial de 2030 para el territorio ibérico. Hace solo unos meses se anunció a Ucrania en lugar del país árabe, una decisión vista más como un espaldarazo para el país invadido por Vladimir Putin que una verdadera apuesta de acompañamiento. Pero ya esta suma debilitó un poco una «candidatura ibérica» que por las condiciones logísticas y económicas de ambos países fuese más potente solo con España y Portugal en el proyecto.
El salto a Marruecos ocurre casi como respuesta a una candidatura, de momento desaparecida de Grecia, Egipto y Arabia Saudita que presentó el propio Infantino, que sigue interesado en mantener buenas relaciones con el mundo árabe. Pero a pesar de su reciente inversión en la liga doméstica el gobierno Saudí decidió no continuar en el proyecto asumiendo que la candidatura ibérica era suficientemente potente para que fuese imposible competir con la misma.
Por supuesto esto fue antes de la crisis reputacional que está enfrentando el fútbol español. Dado que incluso las jugadoras de la selección femenina están en la cuerda floja tras su complicada relación con la convocatoria reciente es complicado no pensar que es posible que Infantino y compañía se lo piensen dos veces, finalmente no es que el crimen de la RFEF sea el peor de un país que ha albergado un mundial, pero sí es una de las crisis más públicas.
EL MUNDIAL ANUNCIARÁ SU SEDE EN 2024
Mientras tanto el reloj sigue avanzando. Tras un retraso inicial en el anuncio de los países elegidos para alojar la mayor cita del fútbol internacional se espera que el anuncio se realice a principios de 2024, por lo que todo apunta a que pronto los fanáticos sabrán si tendrán que viajar para ver a su selección intentar levantar el ansiado trofeo.
Pero la celebración del evento es un trofeo en sí mismo para el país seleccionado, y sin duda sería una victoria importante para los intentos de promover la Marca España. Al mismo tiempo, y sabiendo cómo se mueven las dinámicas de la política internacional es posible que ayudar al ‘sport watching’ marroquí no sea la mejor idea que pueda tener el país de cara a su posición internacional.