A pesar de lo que pueda pensar el espectador las entradas de cine en España son bastante más accesibles que en buena parte del mundo industrializado, pero no todas las salas fueron creadas iguales. La realidad es que, dependiendo de las empresas y de los dueños de la sala, los precios pueden variar y al menos en Madrid son los cines Yelmo los que suben el promedio.
No solo es que los cines Yelmo tengan su versión de lujo, los «luxury palafox» -cuyo precio puede llegar a los 16 euros por persona-, sino también en sus salas tradicionales, donde el coste gira entre los 9 a los 11 euros dependiendo de la zona de la capital. En una ciudad donde el promedio está más cerca de los 8 euros que de los 9 es una diferencia importante, a 9,9 euros en promedio la entrada es casi 2 euros por encima de la media de la capital.
Pero además mientras que otras franquicias y cines independientes ofrecen una larga lista de promociones, en el caso de Yelmo son bastante más reducidas, solo manteniendo aquellas como la fiesta del cine o el día del espectador los miércoles, que comparte con todos los cines de España. Son decisiones que vienen dadas por el mismo modelo de negocios de Cinépolis, su casa matriz fundada en México y que maneja la marca española fundada en España. Al modelo de la mexicana también se le pueden achacar ideas como las salas infantiles, esas que tienen el tobogán a los lados, o los espacios de superlujo, que aumentan aún más el promedio de precios.
Justamente la decisión de abrir salas de «lujo», ha empujado a que otros precios suban. Tampoco debería ser una sorpresa, al presumir de aumentar la oferta gastronómica en algunos de estos cines no debería sorprender que en los mismos las opciones de comida para acompañar una película sean más costosas. Son opciones que llevan a la empresa a ser más costosa para los cinéfilos, y que los ha llevado a ser señalados por los mismos en redes sociales.
En un momento donde las salas de cine están en una situación delicada, con una recuperación post pandemia que puede verse afectada por una huelga en Hollywood, que ha causado una pausa en la producción sólo comparable al propio covid, no parece ideal ser una de las franquicias más señaladas.
Al mismo tiempo no parece que haya demasiadas opciones. Es el modelo de negocio general de Cinépolis, que aplica la misma estrategia en México, en Estados Unidos con sus Cinépolis Luxury Cinemas y sus «eaterys» que funcionan como restaurante y salas al mismo tiempo. Tampoco debería ser visto como una rareza, cada vez es más evidente que para recuperarse del todo de la pandemia tendrán que buscar otras fuentes de ingreso para poder completar del todo los números de 2019.
CINÉPOLIS, LA MATRIZ Y FOCO DE CRÍTICAS
Es verdad que parte del problema de Yelmo en España es que su casa matriz es bastante señalada en México. A pesar de ser una empresa tan importante que su Director ejecutivo, Alejandro Ramírez Magaña, fue uno de los convocados por el presidente mexicano para la reunión que tuvo con los líderes de las empresas privadas tras la pandemia no hay duda de que es una de las que asume más señalamientos públicos.
Desde problemas «menores», como el de las listas de espera para la venta de entradas de la versión cinematográfica del concierto de Taylor Swift, hasta mucho más graves como proyectar propaganda electoral del Partido Verde más del tiempo permitido. Es quizás el resultado de ser una empresa grande, pero desde Yelmo son motivos suficientes para preocuparse si deben seguir abrazados a este modelo.
YELMO CINES TAMBIÉN SUFRIRÁ LA FALTA DE NUEVOS ESTRENOS
Mientras tanto Yelmo y las demás grandes cadenas españolas deben empezar a plantearse respuestas ante los nuevos retrasos de grandes estrenos para sus pantallas. El caso de alto perfil más reciente es ‘Dune: Parte 2’, pero se pueden sumar otros como el de ‘Pobres Criaturas’ de Yorgos Lanthimos que ahora tardará un par de meses más en llegar a la gran pantalla, Disney ha movido silenciosamente el estreno de ‘Deadpool 3’ y Paramount ha dejado en el aire el estreno de la segunda parte de ‘Misión Imposible: Sentencia de muerte’. Esto puede ser todo un dolor de cabeza para los cines los próximos meses, que no pueden contar con el calendario de estrenos esperado.
Es un cóctel complicado para la empresa, y para la industria en general. De momento quizás valga la pena revisar las estrategias de los primeros meses tras la reapertura pandémica, dándole más pantallas al cine español y al cine clásico, y recuperar algo de la audiencia mayor. Pero todo son curas temporales, sin los nuevos estrenos los cines quizás deban revisar precios y buscar otras estrategias para captar público.