El tenista español Rafa Nadal admitió que está «en una etapa» en la que su «ilusión es volver a jugar y ser competitivo» e insistió en que «posiblemente» el 2024 sea su último año jugando, pero sin descartar al cien por cien tanto que no pueda volver a hacerlo como que pueda alargar más, citando noviembre como el mes en el que tendrá «claridad» de como está de la lesión del psoas que le tiene fuera de las pistas desde hace ocho meses.
«Estoy en una etapa de mi vida en la que tengo una ilusión que es volver a jugar y ser competitivo, no es ganar Roland Garros y Australia, eso queda muy lejos en la etapa en la que estoy en mi vida», señaló Nadal en una entrevista este lunes en ‘Movistar Plus+’.
El balear recalcó que se ha topado con dos obstáculos como «la edad, que es insalvable», y «los problemas físicos» que no le dejan entrenarse. «La unión de ambos me hace muy difícil aspirar a según qué cosas, pero no me quita la ilusión», indicó.
El exnúmero uno del mundo mantiene que el 2024 «posiblemente» sea su último año, pero no lo sabe a ciencia cierta. «Creo que hay muchas posibilidades de que sí porque veo como está mi cuerpo, pero como esté dentro de cuatro meses no lo sé, siempre estoy abierto a lo que pueda deparar el futuro», puntualizó.
En este sentido, Nadal tampoco tiene «claro» cual sería su calendario en caso de volver a jugar porque «la forma de encarar el año cambia si tienes unos objetivos u otro» y que puede depender si no se recupera de la lesión de la cadera o que si le permite competir que no se ilusione «al cien por cien» por no tener «opción de nada». «¿Y si de repente estoy perfecto y mi cuerpo se recupera y me siento con energía para continuar? Mi físico y mi cabeza me dirán que es lo que me permiten», agregó.
«A mediados de noviembre voy a tener la claridad de cómo estoy, sobre todo el cómo está la lesión», añadió el ganador de 22 ‘Grand Slams’, que está entrenando «40 minutos, tres días a la semana y con muchas horas en el gimnasio en recuperación». «Pero juego sin moverme y con máxima precaución», puntualizó el de Manacor.
Rafa Nadal manifestó que, en el caso de volver, no tenía una planificación aún, pero que su «hoja de ruta ideal es jugar para competir al máximo nivel». «Y si lo estoy, intentaré usarlo en los torneos que más me apetezca», admitió.
Uno de ellos podrían ser los Juegos Olímpicos de París, que tendrán el tenis en Roland Garros y que serían «un broche bonito si uno está para que lo sea». «No soy una persona negativa, soy realista y cauto. Puede cambiar la forma de hacer mi calendario porque si siento que tengo alguna posibilidad de ganar Roland Garros sé que no puedo jugar todos los torneos tan importantes, tendría que elegir. Si no la tengo, a lo mejor me apetece hacer más una gira de despedida», remarcó.
El tenista español, que pasó por el quirófano para operarse de la cadera el pasado 3 de junio, ha estado «haciendo otras cosas» que no había podido hacer «nunca» y «consiguiendo disfrutar de otras cosas durante este tiempo». «Necesitaba un punto y aparte, y aunque de por medio gané Roland Garros, desde Indian Wells 2022, que me rompí la costilla jugando con Carlos (Alcaraz), ha sido un año y medio duro, no he tenido un momento de tranquilidad y los resultados maquillaban la realidad del día a día», subrayó.
«Quería asegurarme que parando me iba a recuperar. Hice otra ronda de consultas médicas y al final no había manera de recuperar el psoas, que lo tenía muy mal, y si no me operaba, no me iba a recuperar aun parando un tiempo largo. Parece que ha salido bien, he pasado meses de recuperación complicados, pero después he estado bien, de tiempo con la familia y cinco semanas de vacaciones. Necesitaba un poco de desconectar de todo en todos los sentido«, advirtió el manacorí.
«Vivir con dolor diario es más complicado, pero vivo con un dolor controlado, que no me amarga la vida. Estoy más ‘jodido’ cuando tengo más dolor de la cuenta, tengo un pie muy mal y a veces no me deja vivir tranquilo porque a veces me cuesta bajar la escalera de casa», expresó el exnúmero uno del mundo.
Durante este tiempo, vio las «finales de Wimbledon y el US Open», aunque ve «poco tenis por pura desconexión». «Paso página rápido, no me hace daño verlo, llevo un tiempo sin poder estar en sitios donde me habría gustado, pero aceptándolo con naturalidad», resaltó.
Sobre sus éxitos, no escondió que «sin ninguna duda» le habría gustado «ser el tenista con más ‘Grand Slams'», pero que «para nada» este objetivo «ha sido obsesión o una frustración». «Con 22 ‘grandes’ sí que se puede vivir frustrado y en este sentido creo que para Djokovic hubiera sido más frustrante no conseguirlo y por eso quizá lo ha conseguido, ha llevado esa ambición al máximo. Mi ambición ha sido sana y me ha permitido ver las cosas en perspectiva y no cabrearme más de la cuenta», aseveró.
«No he jugado demasiado, hace muchos años que soy de los que menos juego. Me he perdido cuatro años y medio de ‘Grand Slams’, pero de eso va el deporte, no por eso soy mejor que Djokovic. A lo mejor vuelvo y gano tres más, pero es improbable», agregó Nadal, que, «por puro despiste», aún no ha mandado al serbio «ningún mensaje» de felicitación por ganar el US Open. «Por experiencia es mejor dejarlo pasar porque al principio tienes mil mensajes», aclaró.
Preguntado por Carlos Alcaraz, no ve «exagerado» que haya tal proyección sobre él porque para él la que tiene el murciano es «brutal». «Es un joven nuevo que llega, que ya ha ganado dos ‘Grand Slams’, tiene la juventud, la potencia y la ambición, lo que pasa es que después en las carreras de cada atleta pueden pasar muchas cosas y hay cosas que tampoco dependen de uno mismo. De decirle algo, sería que siga mejorando, esa ilusión es lo que más me ha motivado en mi carrera», destacó.
Finalmente, confesó que no descartaría ser entrenador «algunas semanas», pero no «el grueso» de su vida, y que le gustaría ser presidente del Real Madrid. «Pero primero tengo que hacer muchas cosas y ahora tenemos el mejor presidente posible. La vida da muchas vueltas y luego hay que saber si uno está capacitado para hacer algunas cosas, sé mis limitaciones», sentenció.