Una internauta de Twitter ha querido citar a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, para explicar su caso personal en la multinacional Amazon, donde trabaja de repartidora.
Al principio del hilo relata lo que viene a ser un día de su jornada laboral, en la que arranca a las 10:35 de la mañana acudiendo a su centro de trabajo, que según explica es una nave industrial. En donde se detiene para matizar ciertas cuestiones de la forma de operar de Amazon. En este caso, la multinacional tiene externalizada la función de reparto a tres empresas, que de igual manera tienen externalizada la función de contratación de personal a la empresa Quality ETT, una empresa de trabajo temporal, por horas.
Según explica, en la llamada en la que te ofrecen el empleo, Quality te informa de que el turno de trabajo es de 11:00 de la mañana a 19:30 de la mañana. En caso de aceptar, pasas cuatro días de formación acompañando a un veterano de la empresa en su jornada laboral, donde según explica la internauta «te das cuenta de que tu jornada laboral es de mínimo 10 horas diarias».
Tal y como explica Malamente, la internauta, aunque la hora de entrada sean las 11:00, la realidad es que a esa hora ya tienen que estar cargadas las furgonetas con los envíos, por lo que debes estar en tu puesto media hora antes, la cual no es computable en la aplicación de reparto de Amazon, donde se ficha, puesto que para la multinacional, tú empiezas a trabajar cuando te conectas a Rabbit, y fichas para saber qué itinerario de paradas tienes que hacer.
Una vez conectado a la aplicación, aparece la ruta en la que tal y como explica la usuaria, la hora de inicio son las 10:50 y la hora de acabar son las 19:50, es decir nueve horas, una más que el máximo establecido por ley. Pero es que a la hora final hay que sumarle el trayecto a la nave de vuelta. Por lo que, depende de donde estés, hay que sumarle media hora o incluso más.
Pero la jornada no acaba en cuanto llegas a la nave, no, una vez allí hay que descargar las furgonetas, de paquetes que no se han podido entregar. Por lo que a la hora de salida hay que sumarle más tiempo, circunstancia que pueden llevar la jornada laboral hasta las 10 horas, por lo menos.
Amazon no cuenta los paquetes a entregar, solo las paradas
Malamente explica que en un día, la media de entregas puede rondar las 100 entregas, o lo que es lo mismo 150 paquetes. Y se explica porque Amazon pese a tener que entregar distintos paquetes en calles cercanas, solo lo cuenta como una única parada.
Además, la presión por entregar el paquete es máxima. Puesto que al tener el servicio externalizado, Amazon paga pluses a las empresas por entregar, cada día, todos los paquetes. Presión que recae sobre dichas empresas, que a su vez recae sobre los trabajadores.
Por otra parte, Malamente cuenta que además de entregar el paquete, mientras conduces de camino al destino tienes que estar pendiente de la ruta, y de llamar a los clientes donde vas a entregarlo por si no estuvieran en casa, o atender a llamadas de clientes que pueden indicar otro punto de recogida. Lo que aumenta exponencialmente el riesgo de tener un accidente.
Pero hay algo aún peor, resulta que el hecho de no entregar un paquete, bien porque el cliente no estaba o bien porque, pese a recogerlo, dice que no lo ha recibido, conlleva el pago de una multa que corre por cuenta del repartidor. Que puede llegar a perder hasta el 20% de su sueldo.
Sin embargo, si las condiciones de trabajo en Amazon parecen un abuso, peores son las condiciones de las ETT a las que tiene externalizado el servicio. Tal y como explica Malamente, los contratos son de 11 meses a razón de 1360€ brutos al mes. A los 11 meses, te dan de baja otro mes, y posteriormente te vuelven a llamar, la solución de los fijos discontinuos que maravilló a parte del mercado laboral.
En cuanto a vacaciones y festivos, las vacaciones son prorrateadas, de igual manera que las pagas extra. Por tanto, no tienes vacaciones, además de una jornada laboral de 12 horas «sin ninguna parada para comer, ni mear».