El crecimiento de la población a nivel mundial implica grandes desafíos en materia de seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental. La creciente demanda de recursos alimenticios, hídricos y energéticos supone una fuerte carga para el equilibrio ecológico del planeta.
Por esto se requiere desarrollar métodos alternativos para producir alimentos, como los campos de agricultura vertical, una de las propuestas de la asociación Puesta en Valor de las Áreas Industriales (PVAI) para el desarrollo de proyectos ecosostenibles.
¿En qué consiste la agricultura vertical?
La agricultura vertical es una forma sostenible de obtener alimentos cultivados en plataformas colocadas a diferentes alturas en lugares cerrados que son iluminados artificialmente. Al no depender del clima, estos campos de agricultura pueden generar varias cosechas al año. Los cultivos que mejor se adaptan a este método de producción son las variedades de menor tamaño y con ciclos cortos de producción, como las hortalizas.
Este método incorpora tecnologías de vanguardia como la hidroponía, la iluminación LED y el uso de plataformas digitales para la monitorización de los campos de agricultura. Otra característica resaltante es que optimiza el uso del espacio al producir en estructuras verticales. También disminuye la huella de carbono.
No obstante, para el establecimiento de estos campos de agricultura se requiere realizar instalaciones con cierto nivel de complejidad, por lo que es necesario contar con asistencia especializada, como la que brindan los expertos de PVAI.
Puesta en marcha de los campos de agricultura vertical
Para la instalación de un campo de agricultura vertical se deben tener en cuenta tres componentes: la estructura del sistema, la estructura eléctrica y la estructura de plomería. Estos componentes son los que determinan dónde se puede ubicar el sistema, los recursos que se van a requerir en su construcción y el tipo de cultivo que se puede producir.
Según la estructura del sistema, la agricultura vertical se clasifica en hidroponía, acuaponía y sistemas con sustrato. De estos tres tipos de cultivos verticales, el más popular es el de hidroponía, que permite cultivar las plantas mediante una solución acuosa rica en elementos esenciales para su crecimiento óptimo. Estos cultivos se realizan mediante diversos métodos, como la estructura piramidal, la torre vertical, el cultivo en agua profunda y la aeroponía.
Reducción de espacio de producción, menos emisiones de CO₂, hasta un 95 % de ahorro en agua, más producción en menos tiempo y de manera ininterrumpida son algunas de las ventajas de la agricultura vertical. Pero para obtenerlas se debe contar con la asistencia de personal calificado para la instalación del sistema. Para ello, PVAI ofrece a los emprendedores en este sector su servicio de consultoría para la puesta en marcha de campos de agricultura vertical.