Como se conocía hace unos meses, los responsables de las Pruebas de Acceso y Admisión a la Universidad, lo conocido como Selectividad de todo el país, han pedido retrasar un año, hasta 2025, los cambios previstos para estos exámenes, una petición a la que el Gobierno ha respondido ya con una negativa.
Así, las Universidades Españolas valoran la disposición favorable del Ministerio de Educación para atender buena parte de sus alegaciones al borrador del real decreto por el que se legisla, pero opina que el texto aún es insuficiente para regular las pruebas con «la seguridad y el rigor que sería necesario».
Así, y antes de la convocatoria de elecciones generales, Universidades estaba ultimando con el Ministerio de Educación y Formación Profesional lo que sería la futura prueba de bachillerato para acceso a la universidad (lo que se conoce como Ebau), que iba a arrancar en junio de 2024.
El ejecutivo deja la reforma en manos del próximo Gobierno
Ese nuevo modelo de selectividad daba más tiempo para los exámenes y un modelo más flexible adaptado a la nueva ley de Educación, la Lomloe, basada en valorar las competencias de los alumnos y no tanto sus conocimientos.
Con esta paralización, el Ejecutivo deja en manos del próximo Gobierno «sea del PSOE o del PP» su aplicación, si bien las fuentes han precisado que el borrador del real decreto está «completamente tramitado». Y han subrayado que «se paraliza y no se aplaza» la puesta en marcha de la nueva prueba de acceso a la universidad hasta 2025 como habían solicitado los rectores de las universidades españolas.
Esto se debe a que, según Educación, no se puede aplazar porque la Lomloe establece que la nueva Ebau de Selectividad tiene que estar en vigor en junio de 2024.
Entre las novedades de la nueva Ebau, destaca que la duración de cada uno de los exámenes pasará a ser de 105 minutos en lugar de los 90 actuales, porque estos incluirán ejercicios menos memorísticos en los que el estudiante deberá reflexionar y hacer asociaciones de ideas, y no se introduce la prueba de madurez académica inicialmente prevista.
Los cambios que conllevarían la nueva Selectividad
Durante la tramitación de la Lomloe, las autonomías gobernadas por el PP habían reclamado sin éxito una selectividad única para todo el Estado, algo que el Gobierno del PSOE negaba que fuera legalmente posible.
Y es esto precisamente lo que han hecho: dejar el decreto terminado (aunque paralizado). «La Lomloe obliga a que el mismo curso en que entra en vigor la ley en 2º de Bachillerato (es decir, el curso 2023/2024) es también cuando deberá entrar también en vigor la nueva EBAU».
Así, los de Pilar Alegría han dejado el Real Decreto hecho, aunque metido en el cajón. El futuro Consejo de Ministros deberá decidir si lo saca de allí o no.
El resultado de esta prueba supondrá el 40% de la nota para el acceso a la universidad, mientras que la media de Bachillerato será el 60% restante. Además, como sucedía hasta ahora, habrá una fase de admisión en la que los estudiantes podrán realizar hasta tres exámenes más con los que la nota máxima posible ascendería a 14 puntos.
Educación es una parte esencial del Gobierno
Con todo, lo cierto es que hay reformas e iniciativas en cuanto que ya se aventuran plausibles. Hay pocas propuestas en las que han coincidido los dos grandes partidos, PP y PSOE, pero esta sobre la de Educación es una. Por lo que, de cumplir sus respectivos programas, el acuerdo en algunos puntos es posible. Es el caso de la gratuidad de la Educación infantil de cero a tres años, por ejemplo.
Es más; tanto Alberto Núñez Feijóo como Pedro Sánchez concurrieron a las elecciones del 23 de julio con esta iniciativa como parte nuclear de su apuesta educativa. También la candidata de Sumar, Yolanda Díaz. Las bancadas popular y socialista, con 136 y 122 diputados respectivamente, superan con creces la mayoría absoluta, con 258. Un holgado respaldo que engrosaría Sumar con sus 31 escaños, elevando la cifra a 289
El Ministerio va a continuar con la tramitación del Real Decreto que quedará «listo para aprobar en el primer Consejo de Ministros, si así lo quiere el nuevo Gobierno«, explican desde Educación. Si ese nuevo Ejecutivo es del PP, tendrá que decidir si aprueba una reforma con la que no está de acuerdo o si diseña la suya propia.