Nuevos y escalofriantes datos sobre el asalto sufrido por María del Monte e Inmaculada Casal en su residencia de Sevilla en la madrugada del viernes 25 de agosto. Tal y como desvela el diario digital ‘El Debate’, los ladrones usaron una extrema violencia verbal con la pareja, especialmente con la folclórica, a la que amordazaron, maniataron y amenazaron de muerte al reconocerla.
Como descubre Nacho Abad, eran cinco asaltantes con pasamontañas para no ser reconocidos que, después de acceder a la propiedad por la pared trasera de la finca -que da al campo y cuenta con una valla de dos metros de altura, que escalaron con un palé de madera- y reventar a patadas la puerta principal de la vivienda, provocaron momentos de auténtico pavor.
En el interior de la vivienda estaban en ese momento María, Inmaculada, la hija de la periodista y su yerno, además de la empleada del hogar de la pareja, y las amenazas de muerte, de torturas y los insultos extremadamente violentos aumentaron cuando los ladrones reconocieron a la artista, a la que maniataron y amordazaron mientras le exigían la combinación de la caja fuerte.
Gritos e intimidación que surtieron efecto, puesto que la cantante les habría dado lo que buscaban. Una vez que los asaltantes arrasaron con la caja fuerte, llevándose las joyas que María ha adquirido a lo largo de su carrera, además de piezas familiares de importante valor sentimental para ambas, abandonaron el lugar por donde habían entrado.
Además de las joyas, los cinco asaltantes se llevaron los móviles de la pareja, de su hija, de su yerno y de la persona de servicio, arrojándolos al campo para que no pudiesen pedir ayuda antes de que les diese tiempo a huir.
Un atraco que Inmaculada ha confesado que fue «traumático» y tras el que la cantante y su mujer retoman poco a poco la normalidad. Lejos de abandonar su vivienda tras esta experiencia terrorífica tras la que no han podido volver a conciliar el sueño, la pareja ha decidido aumentar la seguridad de su hogar para evitar un nuevo asalto.
Un operario de una conocida empresa de alarmas ha instalado una nueva alarma y cámaras de seguridad en el lugar, colocando una placa con las nuevas medidas de seguridad que tiene la residencia de María que, como ha dejado claro, va a convertir su casa en un «bunker» para no volver a sufrir algo similar a lo que vivió en la madrugada del viernes pasado.