Hace unos años en Brasil apareció un nuevo sonido dentro de la música urbana, aunque fue bautizado con un nombre viejo, que se usa en las favelas para definir el baile en las discotecas: funk. Una combinación de estilos de hip hop de Miami y California pero con la capacidad de adaptarse al sonido tropical del Caribe, y de saltar entre varios idiomas. Desde siempre ha sido un estilo que se construye sobre el sexo y el ritmo, y en ese mundo Anitta, la misma que le bailo en la silla a Isabel Díaz Ayuso en los premios de los 40, es el nombre más importante.
Es una figura llamativa, dentro del mundo de la música. Difícil de ignorar, con un dejo de rebeldía y tratando de balancearse sobre la cuerda entre su estilo personal más duro y callejero y el reggaetón pop que de momento domina la radio. Pero su nuevo EP ‘Funk generation: A favela love story’ brilla precisamente por ignorar el lado más pop y ahondar directamente en el sonido que salió de las calles de Brasil.
Son tan solo tres canciones, ‘Casi casi’, ‘Funk rave’ y ‘Used to be’. Pero cada una de las tres representan a una artista dispuesta a romper con la lógica, cargados de una producción caótica que recuerda a los trabajos de Lola Indigo en ‘La Santa’ o a Tokischa y que saltan de idiomas tanto como de ritmos la consiguen brillando de forma distinta a sus lanzamientos recientes.
Lo cierto es que para la brasileña es evidente que se trata de un trabajo clave: «En este proyecto me sumerjo en el funk carioca. El ritmo que me crió y que forma parte de la cultura donde nací. En los videos, hay mucho de lo que he vivido en las favelas. Aparte de productores internacionales, me empeñé en traer brasileños a este increíble equipo. Su contribución fue esencial. Los vídeos funcionan individualmente, ¡pero también son una trilogía!», añade. «¡Tendrás que ver los tres para entender el resultado! Es bonito, divertido, colorido y entretenido».
Pero el lanzamiento también es un recordatorio de la importancia de Anitta en el mundo musical. La brasileña tiene tiempo poniendo el ojo en el mundo de la actuación, de hecho se une a los estudiantes de ‘Las Encinas’ en ‘Élite’ la próxima temporada. Por tanto, era importante volver al mundo de la música, y hacerlo con una declaración de principios artísticos como esta, que además de volver a la música la devuelve al sonido que le dio la fama, y que originalmente la puso en el radar de figuras como Madonna o J. Balvin.
ANITTA: LA ESPERANZA DEL POP BRASILEÑO
Para la cantante es además otra demostración de su capacidad de llevar un sonido tan profundamente brasileño a todos los rincones del planeta. Son pocos los artistas salidos de gigante latinoamericano que han podido construir una base de seguidores de esa magnitud. Pero la capacidad de la artista de funcionar en varios idiomas, y de colaborar cómodamente con varios de los nombres clave de la explosión latina le ha dado un perfil bastante único para un país que musicalmente muchas veces es una isla.
Su otra herramienta son los videos. Bebiendo de varias influencias estéticas, que van desde la calle al «barbiecore», Anitta entiende que el video es una herramienta clave para los músicos en el siglo XXI, aunque Youtube haya reemplazado a la MTV.
En cualquier caso tenerla de vuelta en este sonido es una noticia positiva para los amantes no solo del funk carioca, sino del hip hop en el continente americano. Es que recuperarla en su versión más honesta, caótica y entretenida permite darle un segundo aire a un género clave dentro del panorama urbano de Latinoamérica.