Los paraguas están siendo un instrumento muy útil en el cuidado de nuestra piel, que es cada vez más crucial, debido al impacto del cambio climático. En la actualidad, es común ver a personas paseando por la calle con sus paraguas en pleno verano. Y no es que estén locas, simplemente son conscientes de la importancia de prevenir posibles daños en su piel. Los rayos ultravioleta se vuelven más dañinos cada año y el calor intenso reseca aún más nuestra piel.
6¿Cuáles son los riesgos que representan para el organismo los rayos solares?
Los rayos solares representan varios riesgos para el organismo, especialmente cuando se está expuesto a ellos de manera prolongada o sin la debida protección. Algunos de los riesgos más comunes son los siguientes:
- Quemaduras solares: la exposición excesiva a los rayos solares puede provocar quemaduras en la piel, que pueden ser leves o graves dependiendo de la intensidad y duración de la exposición.
- Envejecimiento prematuro de la piel: la radiación UV del sol puede dañar las fibras de colágeno y elastina en la piel, lo que puede provocar la aparición de arrugas, manchas oscuras y una apariencia envejecida prematuramente.
- Cáncer de piel: la exposición prolongada y repetida a los rayos UV puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel, incluyendo el melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel.
- Daño ocular: la exposición al sol sin protección también puede dañar los ojos, especialmente la córnea, la retina y el cristalino. Esto puede provocar irritación, inflamación, cataratas y degeneración macular.
- Supresión del sistema inmunológico: la radiación UV del sol puede debilitar el sistema inmunológico de la piel, lo que dificulta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y enfermedades.
- Deshidratación: la exposición prolongada al sol y el calor puede llevar a la deshidratación, ya que el cuerpo pierde líquidos y minerales a través del sudor.
Para protegerse de estos riesgos, es importante utilizar protector solar, ropa adecuada, sombrero y gafas de sol, además de un paraguas, y limitar la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad (generalmente de 10 a.m. a 4 p.m.). Además, se deben evitar las camas de bronceado, ya que también emiten radiación UV dañina.