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Casi todos lo hacen mal: así debes secarte después de una ducha

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Darnos una ducha al final de un largo y extenuante día es un verdadero regalo de calma e higiene. Pero, al finalizar y secarte, ¿Cómo lo haces normalmente? Aunque pueda resultar mínimamente inquietante el hecho de saber si te estás secando de la manera correcta, lo cierto es que, el cómo lo haces está revestido de más importancia de la que crees. 

Una buena ducha deja la piel y el cabello limpios, frescos y elimina por completo la suciedad, el sudor y las bacterias que pueden haber estado alojadas en el cuerpo a lo largo del día; es por esta razón que, al secarte, deberías prestar más atención, pues, de lo contrario puedes estar echando por tierra la limpieza ofrecida. ¿Te estás secando bien? ¡Quédate a descubrirlo!.

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Así debes mantener impecables tus toallas para secarte después de la ducha

toallas

Así como es importante secarte bien después de la ducha, tener una toalla perfectamente limpia es indispensable si en realidad quieres eliminar las bacterias de tu cuerpo después de ducharte. Lavar tu toalla regularmente es importante para mantenerla limpia y libre de bacterias. La frecuencia con la que debes lavar tu toalla depende de varios factores, como el uso personal y las condiciones de humedad en tu baño. 

Se sugiere lavar las toallas de baño cada tres a cinco usos. Sin embargo, si vives en una zona húmeda, sudas mucho, tienes la piel propensa al acné o si compartes la toalla con otras personas, es posible que desees lavarla con más frecuencia, incluso después de cada uso. Lava tus toallas con agua caliente para asegurarte de que se eliminen los gérmenes y los residuos de productos de cuidado personal. El agua caliente también ayuda a eliminar la grasa corporal y otros aceites de la tela.