La ciudad de Gijón, en España, ha dado un paso histórico al dejar de exigir las etiquetas de la Dirección General de Tráfico (DGT) a los vehículos. Esta medida, impulsada por el cambio de color político en el ayuntamiento, pone fin a las restricciones basadas en el nivel de emisiones contaminantes de los coches. Ahora, cientos de personas que pensaban que se verían obligadas a cambiar sus vehículos para acceder a ciertas zonas o continuar trabajando en la ciudad podrán seguir utilizando sus coches gracias a esta nueva decisión.
3Disputas y más disputas
La controversia en torno a las etiquetas de la DGT en Gijón se originó en 2022 bajo el mandato del gobierno socialista. La normativa incluía multas de 200 euros para los vehículos que no cumplieran con los requisitos de emisiones establecidos. Sin embargo, esta medida fue objeto de debate en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, donde se cuestionó su legalidad. Ahora, con el nuevo gobierno, las discusiones sobre la validez de la medida quedan en el pasado.
