En el aparentemente infinito universo de la ciencia y la exploración espacial, a veces surgen conexiones inesperadas y fascinantes. Tal es el caso de la sorprendente relación entre Barbie y el polvo lunar, una unión que ha llevado a la Universidad Estatal de Washington (WSU) a la vanguardia de la investigación espacial. Detrás de esta inusual asociación se esconde una historia de innovación y creatividad, en la que una icónica muñeca se ha convertido en una aliada insólita en la búsqueda de soluciones para uno de los mayores desafíos que enfrentan los astronautas en sus misiones lunares: el esquivo y problemático polvo lunar.
Así, adentrémonos en la curiosísima relación entre Barbie y el polvo lunar, un viaje que nos lleva desde la imaginación hasta el espacio exterior y que destaca cómo incluso en los ámbitos más sofisticados de la ciencia, la creatividad y la colaboración pueden romper barreras y abrir nuevas fronteras para la exploración humana.
2El experimento con la Barbie apodada «Rosie»
El experimento con la muñeca Barbie, apodada «Rosie» en honor a Rosie the Riveter, fue llevado a cabo por un equipo de científicos e investigadores del laboratorio Hyper de la Universidad Estatal de Washington (WSU). Su objetivo era estudiar cómo el nitrógeno líquido podría utilizarse para mitigar los efectos del polvo lunar en los trajes espaciales y equipos utilizados por los astronautas en la superficie lunar.
