En España tenemos la costumbre de cenar excesivamente tarde, y encima cenamos mal. Lo del horario no es algo nuevo, de hecho forma parte de nuestros hábitos desde el siglo XIX cuando, según las crónicas, los españoles solían tomar su almuerzo bastante tarde, un poco antes de las 16h. Después cenaban tras la puesta de sol, entrada la noche y un poco antes de acostarse, sobre las 22 h. Hoy día seguimos con unos horarios que no han cambiado mucho, aunque sabemos que no es lo más recomendable.
5PAUTAS GENERALES QUE SE PUEDEN ADAPTAR
Estas recomendaciones son genéricas, luego cada persona debe adaptarlas a sus propias circunstancias. Por ejemplo, si entrenamos a media tarde, es preferible añadir una mayor cantidad de alimentos sanciones al terminar, para no tener hambre durante la noche. Quizá lo más dificil sea reajustar los horarios. Está claro que nunca podremos ponernos a la par de nuestros vecinos europeos, por culpa de las jonadas laborales habituales aquí, con turnos partidos que nos mantienen en la oficina hasta las 18 o las 19 h de la tarde, hora en la que en otros países están ya en casa cenando.