La obsesión contra el coche privado en las ciudades se cobra la vida de un niño de 16 años

La política en movilidad está dirigida cada vez más a restringir el uso del coche como uno de los ejes fundamentales de un controvertido modelo que, ahora, se ha cobrado la vida de un niño de 16 años en Barakaldo.

Esto, a pesar de los avisos de varias entidades, entre los cuales el RACC, que sostiene que no se puede reducir el uso de los vehículos privados si previamente no hay una sustancial mejora del transporte público, no sólo en las ciudades, sino en toda el área metropolitana.

Según ha informado el departamento vasco de Seguridad, el fuego comenzó a las 2:45 horas de la madrugada en un inmueble de la calle Portu. La estructura del edificio, de cuatro plantas, es de madera y el incendio cobró una gran intensidad.

Cuatro adultos y dos menores fueron trasladados a los hospitales de Cruces y San Eloy, ambos en Barakaldo, y además había una persona desaparecida. Tres de ellos han sido dados ya de alta.

Los bolardos de la calle dificultaron a los bomberos y al camión cisterna

El problema en sí fue, por su parte, que los bolardos situados en la calle Portu de Barakaldo dificultaron el trabajo de los bomberos al impedir el tránsito del camión cisterna. Varios operarios tuvieron que serrar varios pivotes con una radial.

Y esto tiene que ver con la denomonación del coche privado. Por ejemplo, partidos como Sumar, por ejemplo, que lo que quieren es que España sea «referente de nuevas políticas de movilidad humana» y en ese afán se marca objetivos y prohibiciones que van bastante más allá de los que marca la agenda verde europea. Hay normas como las siguientes:

  • Sacar los coches de gasolina de la circulación diez años antes de lo que dice la UE. Bruselas ha prohibido la venta de coches con motor de combustión desde 2035 con el objetivo último de que en 2050 no puedan circular. Para Sumar, esto es poco: según el programa, el objetivo es que en 2040 «no circulen en España vehículos con motores de combustión interna«.
  • Reducción del uso del coche privado: aunque se deduce de todas las medidas relacionadas con la movilidad, el programa dice explícitamente que desean una movilidad «sostenible que reduzca el uso del vehículo privado (especialmente en las ciudades)» al tiempo que se «electrifica» el parque móvil. Para conseguirlo se aprobará una Ley de Financiación del Transporte Colectivo, Público o de Bajas Emisiones.
  • Fomento de la «propulsión humana»: dicen que el transporte es responsable del 27% de las emisiones en España y hay que «priorizar el transporte colectivo y el de propulsión humana para desplazamientos personales». También aboga por la «electromovilidad en el transporte de pasajeros y de mercancías por carretera» y la descarbonización de aviones y barcos.

Pero el coche eléctrico todavía no es la solución

Todo esto motivado a la experiencia de la conducción y el compromiso con el medioambiente. Sin embargo, todavía hay muchos compradores que tienen dudas sobre su funcionamiento. De hecho, pese a haber una mayor cantidad de coches eléctricos en el mercado, los potenciales compradores no están seguros con el funcionamiento y las características de estos vehículos.

Y respecto al coche eléctrico, que se ha nos propuesto como el arma anticontaminación número uno para el transporte, este foro lo relativiza con una contundente frase: “La electrificación por sí misma no puede alcanzar estos resultados”, sin ofrecer dato alguno que sustente esta afirmación.

Hay propuestas como la del Forom Económico Mundial, que señalan que si seguimos con la tendencia actual de fabricación de vehículos, en 2050 se emitirían 4.600 millones de toneladas de CO2, cifra que podría reducirse hasta los 3.900 millones de seguirse las recomendaciones del Foro de Davos. Esto lo quieren conseguir con un nuevo modelo de transporte, denominado SEAM, basado en vehículos compartidos, eléctricos, conectados y automatizados. Según el informe, esta forma de movilidad mitigaría el 80% de las emisiones por pasajero, liberaría el 75% del espacio urbano o disminuiría los costes de transporte en un 40%.