Los votos por repartir, los refuerzos de cara a las elecciones, y los continuos ataque al director de Correos han enturbiado la gestión del ente público de reparto.
El pasado 29 de mayo Pedro Sánchez convocaba elecciones generales para el próximo 23 de julio. En medio de las vacaciones los españoles estaban emplazados a elegir nuevo presidente. Y como estaba previsto, la demanda del voto por correo se disparó.
En total, Correos registró 2,6 millones de solicitudes de voto. Y con la plantilla actual, entendiendo también que algunos estarían de vacaciones, los números no salían. Por eso mismo Correos contrató a 20.000 nuevos trabajadores.
Sin embargo, el reparto de la emisivas con la documentación para el voto se retrasó más de la cuenta por la impugnación de las listas por algunos partidos minoritarios. Y ante esta demora, muchos de los españoles con derecho a voto iniciaron sus vacaciones. Por eso, a escasos tres días de las elecciones aún faltan 450.000 sobres sin entregar, que según la Cadena SER se terminarán de repartir a tiempo. Recordar que por ley, el cartero tiene la obligación de ir hasta la dirección establecida dos veces.
Para todos aquellos que no hayan podido recoger su voto, sepan que aún tienen tiempo de hacerlo en la oficina de Correos correspondiente y poder participar en las elecciones. Puesto que, una vez solicitado el voto por correo, ya no se puede votar en la urna tradicional.
La campaña política no ha sido ajena a estos problemas de logística y Feijoo, candidato del PP, llegó a decir que si él era el presidente, les pagaría las horas extras pero que trabajasen «mañana, tarde y noche» si era preciso para poder repartir los votos. Y es que la derecha tiene miedo de que esos votos que se queden sin repartir, sean de sus votantes y por tanto, temen perder las elecciones.
Complots en torno a Correos
Desde 2018 Correos está en el punto de mira de la derecha. Año en el que Pedro Sánchez nombró a Juan Manuel Serrano, como su presidente. Serrano antes de ostentar este puesto, era el jefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal de PSOE y previamente había hecho carrera en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Bajo la gestión de Serrano, Correos cerró un 2022 para olvidar con una bajada de la facturación de un 5,7%, lo que conllevaron unas pérdidas de hasta 1.962 millones de euros. Y esto supone un incremento de la deuda del ente público, que asciende hasta los 600 millones de euros.
Pero por si fuera poco, en época de elecciones y más en unas elecciones con una tasa tan alta de voto por correo los bulos se han disparado. Primero fueron con Indra y el recuento y ahora con Correos y la no entrega de ciertas papeletas de partidos.
Este es el caso de Rosales, que ha compartido el hecho sucedido en una de las oficinas de Correos en Canarias. Un hombre acudió hasta su sede más cercana acusando a todos los trabajadores de no permitirle votar a Vox y amenazando con denunciarles y llamar a la Policía. Resulta que la candidatura de Vox no ha sido proclamada por la Junta Electoral Provincial, es decir, que no le puede votar, no porque Correos se niegue, si no que no es posible.