El último año ha sido complejo para el mercado financiero de Europa, que ha tenido que realizar maniobras improvisadas para defender los frentes de batalla que surgen a medida que avanza la guerra en el este del continente. Sin embargo, uno de los cambios de mayor impacto sería sin duda el aumento en los tipos de interés.
En concreto hablamos del euríbor, que superó el 4% hace tan solo un par de semanas, y que estaría comenzando a generar preocupación entre los ciudadanos, quienes no solo ven cómo la posibilidad de acceder a financiamiento se hace cada vez más pequeña, sino que además experimentan en carne propia el aumento en el «precio» de sus deudas.
Aumentan los tipos de interés
Se trata de la tasa más alta en 15 años, y un incremento de casi 1% en comparación con el mes anterior, cuando alcanzó el 3,8%. Si bien parecía que los aumentos no se iban a mantener por mucho tiempo, estos se han hecho de manera periódica desde hace casi un año, encareciendo significativamente la deuda de la población.
Y es de esperarse que los aumentos se mantengan por varios meses más, con la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, asegurando que la entidad no puede asegurar que se alcancen los tipos máximos en el futuro cercano.
Aún así, existe la esperanza de que el incremento sea menor en la segunda mitad del año, con distintos especialistas asegurando que es improbable que este supere el 5%. Del mismo modo, se espera que las tasas de interés comiencen a bajar durante el próximo año, siendo inferiores al 4% para finales del 2024.
¿Cuánto pagan de más los hipotecados?
Según un reportaje elaborado por El Confidencial, el aumento en los tipos de interés estaría encareciendo significativamente el pago de las hipotecas, con algunos hipotecarios pagando hasta 6.000 euros más cada año. Si bien existen diferencias entre ambos contextos, la tasa actual del euribor sería prácticamente la misma que en 2008, poco antes de la crisis inmobiliaria.
Mientras que algunos especialistas aseguran que el largo plazo de las hipotecas (con amortizaciones que se extienden hasta los 20 años en promedio) disminuye el impacto real de este aumento, el contexto económico actual sería inclemente para miles de familias que apenas generan lo suficiente para sobrevivir.
¿Volveremos a los intereses negativos?
Durante los últimos años, prácticamente toda la banca europea trabajó con intereses negativos, un fenómeno poco usual en los mercados financieros, pero que marcó un antes y un después en la región. Si bien esto se vio como una solución a los problemas que aquejaban a la Comunidad luego de la crisis vivida entre 2008 y 2009, de cara al futuro se vería como una opción insostenible.
La economista Patricia García Beneytez explica que los efectos adversos de este tipo de intereses no solo golpean el bolsillo de la población, que pierde dinero al utilizar instrumentos de ahorro tradicionales, sino también al sistema financiero en general, que ve un mayor riesgo de morosidad.
Es importante recordar que, a medida que la banca deja de brindar beneficios atractivos en sus productos de ahorro, empuja a los clientes a “mudarse” hacia productos alternativos como los fondos de inversión, mucho más riesgosos y capaces de generar un daño económico aún mayor en caso de perder su valor, cosa que ocurrió de manera sostenida durante los últimos 2 años.
Las previsiones son menos catastróficas de lo que se pensaba cuando inició el aumento en los tipos de interés, sin embargo, una cosa es innegable: el impacto de las medidas del BCE se siente cada vez con más fuerza en las finanzas personales.