El actor de Hollywood, Richard Gere, continúa colaborando de manera activa con la ONG, Open Arms, que se encarga de rescatar a inmigrantes a la deriva en el Mediterráneo.
El modelo de inmigración en Europa lleva décadas cuestionado. Los llamados PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) han manifestado reiteradamente su hartazgo con el hecho de tener que acoger y mantener a miles de inmigrantes que llegan a sus costas cada año, de manera ilegal. Mientras que países del centro norte de Europa como Alemania, Dinamarca o Suecia no tienen que hacerlo y sin embargo, sí que se encargan de dictaminar cómo tienen que hacerlo los demás.
Para colmo los incidentes en Francia tras la muerte de Nahel, que se están saldando con numerosas detenciones, destrucción de ciudades, delitos tales como robos o vandalismo no han hecho más que encender la mecha aún más.
Es en momentos como este cuando las redes sociales disparan su odio en cualquier dirección, y en este caso le ha tocado el turno a Richard Gere, sí han leído bien. El galán de Hollywood ha sufrido ataques de odio por el hecho de colaborar con la ONG, Open Arms.
El que fuese el protagonista, junto a Julia Roberts, de Pretty Woman colabora desde hace años con esta ONG. En concreto, en 2019 llevó víveres al buque que se encontraba en situación de búsqueda de puerto seguro cuando traía a Europa a inmigrantes rescatados en alta mar.
Los ataques se producen porque personas de estamentos más bajos ven como personas a las que les sobra el dinero, les dan clases de moralidad. Y es algo que ha incendiado las redes sociales.
En este caso se acusa de tener esta actitud humanitaria a Gere, porque tiene una gran fortuna y no sufre los daños de revueltas que pueden llegar a terminar con tu coche calcinado o tu tienda destrozada. En cualquier caso, los hechos sucedidos en Francia no están haciendo más que avivar un fuego que nunca se apagará.
La crisis de inmigrantes recogidos por Open Arms en España
En pleno agosto de 2019 el barco de rescate humanitario Open Arms quedó varado a media milla de la costa Italiana, cerca de Lampedusa, con cientos de migrantes a bordo. En primera instancia el gobierno italiano rechazó darle asilo, pues lo consideraba chantaje, debido a la situación de precariedad en la que venían los migrantes y puesto que no tenían permiso para atracar en puerto seguro.
Fue entonces cuando la embarcación gestionada por la ONG Proactiva Open Arms, dirigida por el barcelonés Óscar Camps, decidió virar el rumbo hacia España donde solicitaron asilo al gobierno de Pedro Sánchez. El Gobierno en primer lugar se opuso a la decisión de darle asilo desatando una auténtica crisis parlamentaria por la gestión de la política de inmigración.
Una de las estrategias que utilizó la ONG para ejercer presión sobre el ejecutivo fue la de filtrar vídeos e imágenes sobre la situación de sus pasajeros y deslizar a la prensa que había un acuerdo para desembarcar en Baleares.
Finalmente, tras casi una semana de debate y negociaciones permitió al buque humanitario amarrar en Algeciras. Pero esta crisis sirvió un nuevo precedente para que tanto España, como la Unión Europea se replanteasen la política migratoria que ejercen.