El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha avisado este lunes de que el presidente en funciones de Murcia y candidato a la reelección, Fernando López Miras, está «comprando todos los boletos» para protagonizar una investidura fallida esta semana y le ha recomendado que «reconsidere» su posición y «mire» a su compañera de Extremadura, María Guardiola, que finalmente aceptó un pacto con Vox para un Gobierno de coalición.
En rueda de prensa en la sede nacional del partido, Garriga ha reconocido que la situación está bloqueada en Murcia y Vox está esperando a que el PP se ponga en contacto con ellos para intentar llegar a un acuerdo antes de la sesión de investidura que se celebrará este jueves y viernes.
Según ha reivindicado, es a López Miras a quien hay que preguntar si «está dispuesto» a someterse a una investidura fallida o prefiere ser investido presidente con el apoyo de Vox. «López Miras está comprando todos los boletos para que sea una investidura fallida», ha avisado apuntando que Vox necesita contar con «mecanismos» que le garanticen el cumplimiento de los pactos, sobre todo tras los pactos del ‘popular’ con «tránsfugas» en la pasada legislatura.
Para ello, ha asegurado que Vox sigue «con la mano tendida» y «esperanzado» en que López Miras «reconsidere» su posicionamiento. «No tiene más que mirar a algunos compañeros de partido, que se sume a esas reconsideraciones«, ha recomendado en referencia a Extremadura.
Garriga ha definido como «bueno» el pacto con María Guardiola, alcanzado con «generosidad por ambas partes», y cree que pone de manifiesto que «lo que dice Vox en campaña electoral, lo lleva a término». «Dijimos que haríamos todo lo que estuviera en nuestras manos para hacer valer el voto de nuestros votantes y así ha sido», ha celebrado.
Mientras, Garriga ha anunciado que Vox espera poder anunciar «pronto» un acuerdo para el Gobierno de Aragón, donde los de Santiago Abascal dan por segura su entrada en el Ejecutivo con una o dos consejerías.
Y ha calificado de «histórico» el acuerdo alcanzado en Baleares con la creación de una oficina de defensa de la libertad lingüística. Aunque allí no han entrado en el Gobierno, Garriga cree que la creación de esta oficina es la garantía con la que cuentan para que se cumplan los acuerdos alcanzados.