Ante los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que reflejan el aumento de la tasa de suicidios en menores, la Fundación ANAR ha lanzado un decálogo para la prevención de estos sucesos.
Esta semana el INE publicó los datos de defunciones referentes al pasado año, en el que el suicidio había aumentado un 36% entre jóvenes de entre 15 y 19 años, pasando asó de los 53 casos en 2021, hasta los 72 en 2022. A la luz de estos hechos , la Fundación ANAR, que lucha por la defensa de los derechos de los niños y adolescentes, ha publicado un decálogo con las señales más comunes de intento de suicidio en jóvenes.
El decálogo se ha realizado en base a las llamadas y consultas que reciben en la fundación y en las que también se apoyaron para la creación del Estudio de la Fundación ANAR conducta suicida y salud mental en infancia y adolescencia 2012-2022.
La primera de las señales que las familias y allegados deben identificar es la aparición de autolesiones, intentos anteriores de suicidio o la verbalización de las intenciones. La fundación indica que este tipo de comportamientos se deben a un malestar emocional que la persona no sabe gestionar, y que puede llegar a verbalizar con frases como: «quiero desaparecer».
Los cambios repentinos en el estado de ánimo son otro factor a controlar. Como indican en el decálogo, puede llegar a pasar desapercibido al principio pero se acaba notando que la persona se encuentra melancólica, con sensación de indefensión o muy ansiosa.
El alejamiento de las relaciones sociales es otro de los aspectos a los que prestar especial atención. Sobre todo si se refugia en la tecnología y se expone a la cantidad de información que alberga la red, que en muchos casos puede ser contraproducente.
Prestar atención a la posible aparición de síntomas de depresión, es otro de los rasgos a tener muy en cuenta. Además, de la posible aparición de otras enfermedades mentales, para lo que recomiendan revisar los antecedentes familiares.
Sentirse angustiado, con una actitud especialmente negativa, sobre todo ante problemas a los que no encuentra solución como pueden ser el bulling.
Falta de sueño, falta de apetito, ansiedad, nerviosismo, vómitos al despertar (generalmente antes de exponerse a la situación que le provoca pavor). Incluso llegando a manifestar su deseo de no asistir a clase, por problemas con profesores o compañeros que les pueden haber llegado a amenazar o insultar.
Otro de los indicativos de que algo está pasando con un joven es la bajada en el rendimiento escolar, bien por los resultados, por la concentración que tenga el joven o la hora de realizar las tareas.
A lo que se le puede unir un aumento de su carácter impulsivo, que pueden llevar al consumo de sustancias nocivas para la salud. Y por último el hecho de regalar objetos personales a modo de despedida.
Prevención contra el suicidio
La Fundación ANAR también comparte un decálogo de prevención ante la manifestación de ideas suicidas en los que destaca la importancia.
Avisa de no menospreciar este tipo de ideas y recomienda crear un espacio seguro en el que el adolescente pueda expresarse, sin miedo a posibles regañinas de padres o tutores, pues la clave es la comprensión y el entendimiento. A lo que se debe acompañar de la validación de las emociones expresadas. Ante estas ideas lo mejor, según la fundación, es aceptar la comunicación y tratar de buscar soluciones desde la empatía.
Otras ideas que comparte la fundación es dar el valor suficiente a la comunicación, pues esta puede reportar en que estado se encuentra la persona que manifiesta las ideas. Para lo que es fundamental evitar las peleas en casa, tratar de que el ambiente en el hogar sea lo más calmado posible, ya que la hostilidad puede desembocar en una solución fatal.
Para fomentar el espíritu de unión en la familia se recomiendan las actividades en grupo. Tratar de restar el mayor tiempo posible al contacto con las redes sociales, que puedan ser negativas para esta persona. Como aquellas en las que otros jóvenes expresan sus ideas suicidas. Por ese motivo, el acompañamiento de la familia y la búsqueda de ayuda profesional son determinantes.
Por último, la Fundación ANAR pone a su disposición sus canales telefónicos 900202010.