Las gambas rebozadas son un plato popular en todo el mundo, y es que la combinación de gambas frescas y un crujiente rebozado es difícil de resistir. De hecho, son las reinas de las tapas en España. Sin embargo, conseguir que las gambas queden crujientes puede ser todo un desafío. Si el rebozado no se adhiere bien a las gambas, o si se queda blando después de freír, el resultado no será el deseado.
6La temperatura del aceite es esencial para conseguir las gambas rebozadas perfectas
En una cacerola, agregamos suficiente aceite y lo calentamos a una temperatura de 170°C aproximadamente. Tomamos las gambas por la colita, las sumergimos en la mezcla de rebozado, dejando escurrir el exceso, y las freímos durante un minuto por cada lado o hasta que estén doradas. Es importante controlar la temperatura del aceite para que las gambas queden crujientes.
Finalmente, retiramos las gambas del aceite y dejamos que escurran el exceso en papel absorbente. Se recomienda servirlas recién hechas con una mayonesa casera o salsa tártara para acompañar. ¡Buen provecho!