El suicidio es ya la principal causa de muertes entre nuestros jóvenes, sin embargo, no llena portadas, ni tampoco copa los presupuestos generales.
El Observatorio del Suicidio del año 2021 detallaba que la principal causa de muerte no natural entre personas de entre 15 a 29 años de edad era el suicidio. Sin duda, no es el único estudio que refleja este problema.
El estudio realizado por la Fundación ANAR de ayuda a niños y adolescentes «Estudio sobre Conducta Suicida y Salud mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022) » reveló que en 2021 se atendió a 748 menores que en el momento de la llamada estaban en el preciso momento de acabar con su vida. Y es que el incremento de estos casos en el periodo de 2021-22 fue acuciante, elevándose en un 1.921,3%.
Por su parte, Save the children en su estudio sobre la conducta suicida en niños y jóvenes revela que el porcentaje de manifiesto de intenciones suicidas ha aumentado un 2% en la fracción de 4 a 8 años. Que pasa a triplicarse en la franja de edad de los 13 a los 16 años, con un 6%. Pero organizaciones de calado internacional también han puesto el foco sobre este problema, las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF muestran que es la principal causa entre niños y jóvenes.
Pero el suicidio, al igual que otras enfermedades mentales que desembocan en lesiones no es la prioridad a la hora de invertir dinero público, tampoco para llenar portadas.
Para la campaña 2022-2024 el Consejo Interterritorial, presidido entonces por la ministra de sanidad, Carolina Darias, aprobó una estrategia de actuación que tan solo contó con 100 millones de inversión. Una cantidad que los expertos consideran como «ínfima» y que sin embargo, se trata de vender como algo realmente importante en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Pero no es un problema tan solo de este gobierno, es de todos, es general y es social. A día de hoy, en pleno 2023, hablar de enfermedades mentales sigue siendo tabú. Y su tratamiento, un bien de lujo. Puesto que la Seguridad Social no cuenta con los suficientes profesionales para atender a tal demanda que se ha producido durante y después de la pandemia.
Una persona con depresión, que le puede llevar al suicidio, no puede esperar seis meses a que le vea su especialista. Pero es que si quiere pagar una consulta privada, en muchos casos tendrá casi que empeñarse, ya que son pocas las personas que pueden soportar los precios.
Es más a los periodistas se nos ha llegado a decir que no informemos de estas situaciones, o que no demos detalles, para que no se produzca un efecto llamada y más personas que lo están pensando, decidan hacerlo.
024 número de prevención del suicidio
Una medida que sí hay que reconocerle a este ejecutivo, en materia sanitaria más allá del mejor o peor desempeño en la pandemia, es el paso hacia delante que dio el pasado 10 de mayo de 2022, cuando entró en vigor el número de prevención del suicidio, que es gratuito, nacional, confidencial y accesible. Y que tan solo en un mes atendió más de 15.000 llamadas.
Al cabo del año atendió más de 79.975 llamadas de las cuales 2.987 fueron derivadas al 112. Sin embargo, el pasado año se notificaron 2.129 suicidios en curso o con riesgo inminente.
Situaciones como las vividas durante la pandemia, o por catástrofes naturales, como el volcán de La Palma, no son más que detonantes que manifiestan que algo dentro de nosotros no está bien. Y no sirve decir que hay gente que lleva peor o mejor las circunstancias que le tocan vivir, muchas veces tan solo basta con sentarse a escuchar y que la persona se desahogue.