Hoy, nos aventuramos a prescindir del ingrediente estrella del salmorejo cordobés, el pan, y creamos una nueva versión de esta deliciosa receta. El resultado es un salmorejo sin gluten, perfecto para aquellos que padecen celiaquía o siguen una dieta de control de peso. A pesar de esta adaptación, la consistencia cremosa y suave, así como el sabor inconfundible, se mantienen intactos. ¿Quieres descubrir cuál es el secreto detrás de esta innovación culinaria?
5¿Cómo se sigue?
Una vez alcanzado el sabor deseado, refrigeramos el salmorejo durante al menos dos horas para que adquiera cuerpo y esté bien fresco al momento de servir. Antes de presentarlo en la mesa, picamos la otra mitad del huevo cocido reservado y lo esparcimos por encima, proporcionando un toque adicional de sabor y textura.