Las estrategias de marketing y publicidad se han convertido en los últimos tiempos en un indispensable de cualquier negocio que se precie. Tanto si hablamos de empresas a nivel local como si tratamos de grandes multinacionales, diseñar una estrategia de ventas acompañada de una publicidad eficaz es crucial para garantizar el éxito de un comercio. A veces, el propio producto o servicio que se ofrece al cliente es suficiente promoción, pero cuando topamos con un mercado donde la competencia aprieta, entonces estas dos herramientas se hacen prácticamente imprescindibles.
Esta necesidad ha dado como resultado el nacimiento de muchas y muy diversas formas de hacer publicidad, aunque en esta ocasión nos centraremos en un tipo bien conocido por consumidores y vendedores y que, de hecho, nos acompaña desde hace ya mucho tiempo: el merchandising. Si tuviéramos que buscar una definición práctica para explicar qué es el merchandising, podríamos decir que se trata de una técnica publicitaria que se sirve de un conjunto de productos para promocionar una marca. Sin embargo, para comprender con mayor plenitud el concepto, es interesante analizar algunas de sus características principales.
Para los más interesados en esta técnica publicitaria, seguro que este artículo los ayudará.
Ventajas del merchandising para las empresas
A tenor de la definición que hemos dado, es inevitable percatarse de que se trata de una práctica ventajosa para la empresa. Pero más allá de lo evidente, podemos señalar tres beneficios (entre otros) que subyacen al hecho publicitario en sí.
Visibilizar la marca
Ésta es sin duda la recompensa más evidente del merchandising. Desde el momento en que ofrecemos a un cliente un producto con la marca de nuestra empresa, el receptor está recibiendo información de su existencia. Y si acaso ya sabía de ella, entonces estaremos ayudando a potenciar la imagen mental que el cliente tiene de la marca y a intensificarla. Esto, por no hablar de la difusión que implica la repartición de este material.
Sensación de cercanía
Toda vez que un cliente presente o futuro recibe uno de estos presentes, entiende que la marca está conectado con él y quiere ser parte de él. Esto provoca una sensación de cercanía que suele potenciarse mediante el hecho de regalar algo a alguien, lo que en términos generales implica cierto afecto. En este caso, hablamos de una relación comercial.
Rentabilidad absoluta
Uno de los puntos más favorables del merchandising es su inversión, que resulta muy reducida. Aunque el precio dependerá del tipo de producto que elijamos para la promoción, generalmente su coste suele ser muy asequible, incluso cuando se trata de merchandising personalizado. Esto sumado a su larga durabilidad lo convierten en una herramienta de publicidad extraordinaria.
Técnicas que se aconseja seguir
Aparentemente, el merchandising es una estrategia poco compleja, pues se trata básicamente de regalar al cliente. Sin embargo, para que su influencia surta efecto y la inversión (por baja que sea) no resulta inútil, se deben seguir estas técnicas que ayudarán a acertar con el producto que usaremos.
Agasajar al cliente
El merchandising es, principalmente, una forma de promocionar nuestra marca. Sin embargo, el cliente debe recibirlo como un presente que le ofrecemos por confiar en nosotros. No sólo haremos que el producto de promoción tenga información publicitaria, sino que también debe llevar algún tipo de elemento que agradezca al cliente su confianza: una frase, una imagen… Si además lo entregamos en persona, lo haremos en un momento determinado e intentaremos que el cliente se sienta especial por recibirlo. La combinación de lo que sea da y quién lo da es capital.
Innovación
Los bolígrafos, las libretas personalizadas, los mecheros y las camisetas han sido tradicionalmente productos muy usados para el merchandising y, a decir verdad, han dado resultados. Sin embargo, atraer a la sociedad actual implica ser más creativo para que la estrategia cumpla su función. Una taza, un kit de playa, un pen drive, una funda para el móvil, auriculares… Desde luego que el precio subirá, pero también podremos adaptar la oferta e incentivar un regalo mayor a cambio de una compra mayor.
Utilidad
Hacer merchandising tiene como objetivo que los clientes reciban el regalo y, en la medida de lo posible, lo usen. Por esta razón debemos reflexionar sobre qué servicios o productos ofrece nuestra marca y qué tipo de clientes mayoritarios tenemos. En función de eso, el elemento de la promoción será uno u otro. Para una marca de bebidas, un vaso personalizado. Para un centro estético, botes personalizados con alguna crema. Para una tienda de ropa, alguna camiseta con un diseño publicitario y atractivo a la vez. Son sólo ejemplos de cómo se debe focalizar el merchandising para que surta el efecto deseado.
La marca es clave
Cómo no, el protagonismo del merchandising debe ser para nuestra marca. Al fin y al cabo, la mejor forma de que el cliente nos recuerde es que retenga la imagen en la cabeza. Así, si alguna vez necesita servicios que nuestra empresa ofrezca, su mente recurrirá a nuestra marca antes que a otras.