Las naumaquias eran uno de los espectáculos más relevantes y de mayor éxito en la antigüedad. Eran representaciones de batallas navales que se llevaban a cabo durante la época romana, y se dice de ellas que eran el espectáculo más complejo y sangriento.
En ellas, se recreaban grandes batallas marítimas históricas para el deleite y gozo de sus asistentes, produciendo así enfrentamientos entre las grandes flotas egipcias, griegas o persas. Puesto que se trataba de verdaderos combates donde la violencia, las mutilaciones, la sangre y los ahogamientos eran una constante, los combatientes eran prisioneros de guerra y condenados a muerte. La regla más común en estos enfrentamientos era que ninguno de los participantes podía salir con vida. Estuvieron en auge durante más de dos siglos.