La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha agradecido este lunes en Luxemburgo la «generosidad» de las formaciones políticas que han firmado el acuerdo de coalición con Sumar, aunque ha evitado pronunciarse sobre la exclusión de la ministra Irene Montero de las listas.
«España estaba pidiendo un gran acuerdo y lo hemos hecho», ha afirmado Díaz, que participa este lunes en la reunión de ministros de Trabajo de la Unión Europea, donde ha insistido en que su prioridad es «hablar de los problemas reales de la gente», entre los que ha dictado la Educación, la Sanidad, la pérdida de poder adquisitivo o el impacto de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE).
«Lo que quieren es que les demos soluciones a sus problemas, el resto no tiene demasiado interés», ha apostillado, tras ser preguntada por la posibilidad de que haya tiempo para levantar el veto a Montero.
Díaz ha asegurado que Sumar tiene esas soluciones y un programa electoral que presentará «en los siguientes días», enfocado a «seguir mejorando la vida de la gente», como considera que ya se ha logrado con la reforma laboral, aunque ha insistido en que «estas elecciones no van de los pasados cuatro años».
En este sentido, ha destacado también el acuerdo con sindicatos para desplegar el «ambicioso» Estatuto del Becario, que busca erradicar «una forma de precariedad que aún queda» en España, a la que tildado de «gran anomalía». «Vamos a dar más pasos porque no podemos sustituir puestos de trabajo por personas que están de prácticas en formación», ha agregado.
La vicepresidenta segunda también se ha pronunciado sobre el fichaje del embajador de España ante la ONU, Agustín Santos, que irá de número dos en las listas de Sumar por Madrid, y al que ha agradecido su incorporación al proyecto.
«Le tengo un gran afecto personal y un gran respeto profesional», ha admitido, antes de recordar que «Sumar sale a ganar con apuestas firmes y decididas» como lo es la de Agustín Santos, cuyo bagaje y trayectoria cree que mandan un mensaje «fuerte» en clave de relaciones internacionales. «Sumar empieza desde ya mismo a hablar a la gente y eso es lo que nos ocupa y preocupa», ha zanjado.