Las obras de remodelación del campo de rugby del barrio de Hortaleza (Madrid), comenzaron el pasado mes de septiembre y tenía una duración estimada de tres meses. La temporada ya ha acabado y el Ayuntamiento de Madrid aún no les permite volver a entrenar en su sede. Desde el club existe el temor a que no se pueda volver la temporada que viene.
El campo de rugby de Hortaleza, situado en la Avenida de las Piceas, 13, es la sede del club XV Hortaleza de rugby. No es el único equipo que juega allí, ya que el campo es municipal, también lo hacen los Lions, otro equipo de rugby. Y Madrid Harps, equipo de fútbol gaélico. Además de equipos universitarios que entrenan o juegan allí.
Desde hace tiempo el XV Hortaleza perseguía la posibilidad de hacer mejoras en su campo: cambio de césped, ampliación y techado de sus gradas y un cambio en el vallado. Las obras para tales fines comenzaron el pasado mes de septiembre de 2022, con un plazo de tres meses. Por lo tanto, sólo se verían afectados una temporada.
Para esta temporada que el campo estaba en obras, el Ayuntamiento de Madrid le ofreció la posibilidad a Hortaleza de desarrollar su actividad en el campo Las Leonas inaugurado en noviembre del año pasado. La presentación es recordada ya que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, trató de realizar un saque a drop, a bote pronto, y le asestó un pelotazo a un fotógrafo. Uno más en la lista del alcalde.
La problemática de este campo de rugby, Las Leonas, es que se sitúa en Vallecas. En concreto 18 kilómetros son lo que separan ambas instalaciones deportivas. A priori, puede parecer poco, pero debido a la comunicación entre ambos puntos, los jugadores y familias se ven obligados a realizar trayectos de hora y media en transporte público para poder acudir. Es decir, pasan el doble de tiempo en el autobús o en el metro que entrenando.
En boca de su presidente, Óscar Sanz, para Hortaleza esta decisión ha sido un «caos administrativo», pasando tan solo en una temporada de tener 600 fichas a 300 fichas. Ya que sobre todo los más pequeños, la escuela (4 a 12 años) y sus familias buscaron alternativas más accesibles para el desarrollo de la actividad deportiva. Como fueron apuntarse al equipo del Liceo Francés o cambiar de deporte.
Hortaleza pide soluciones
Tal y como explica el presidente de Hortaleza, Óscar Sanz: «Necesitamos una solución, otra temporada así puede provocar que la escuela desaparezca. Sería retroceder 15 años en la historia del club».
Para tratar de paliar la situación, el equipo de rugby se ha movido y solicitó una entrevista con la concejal de deportes del ayuntamiento, Sofía Miranda Esteban, para que al menos la escuela pudiese entrenar en un campo de césped artificial, aunque sea de fútbol, y evitar así la fuga de talento e ingresos del club, mientras que las categorías superiores tuviesen que buscarse la vida de otra forma. Pero la respuesta que recibieron por parte de la concejal fue: «No voy a quitar a otros de otros campos para poneros a vosotros».
El enfado y resignación en el club es máximo ya que el césped ya está cambiado, obra que compete a la concejalía de deportes, pero las gradas y vestuarios no, obra que depende de la junta de distrito. Sin embargo, pese a que al XV Hortaleza no le dejan entrenar y jugar en su campo, sí que permiten que usuarios anónimos entren y jueguen al fútbol allí mismo, al final es un campo municipal, o que los lunes todo el parque donde está situado el campo esté lleno de restos del botellón del fin de semana.
«Ha habido problemas en la ejecución de las obras, en la recepción de los materiales, y el plazo previsto no es el que se ha podido llevar a cabo», ha reconocido portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, tras la última Junta de Gobierno, en los micrófonos de la Cadena SER.
«Jode mucho» dice Sanz, que recalca que los equipos están teniendo que ir a disputar los partidos con un cambio o a veces ni eso, situación bastante comprometida en un deporte de contacto como el rugby. Las perspectivas que la concejalía maneja para la reinauguración del campo se van hasta octubre de este año. Lo que supondría un atraso en las obras, motivado por la burocracia interna del consistorio madrileño, de casi un año. Puede parecer poco, pero para ese momento, la temporada ya está en marcha, las fichas ya están inscritas y ante esta situación, si esta temporada ya han perdido 300 fichas, la temporada que viene puede ser peor.