El 3 de noviembre de 1957 un ser vivo viajó por primera vez al espacio, y fue nada más y nada menos que la perra Laika. Esta perrita fue lanzada por la Unión Soviética en un satélite llamado Spùtnik 2, que buscaba hacerle la carrera espacial a Estados Unidos en plena guerra fría y mostrar quien tenía hegemonía en el espacio entre ambas potencias.
El destino de la perra Laika era de esperar, y su muerte estaba asegurada para morir lejos del planeta Tierra, luego de 6 horas de su lanzamiento, por una combinación de problemas respiratorios y una parada cardíaca tras el sobrecalentamiento de la cabina. Luego de la perra Laika se enviaron 48 perros, 15 monos y 2 conejos abrieron camino para los descubrimientos en el espacio.