El VRAC Quesos Entrepinares venció (40-34) este sábado al Recoletas Burgos – Universidad de Burgos en la final de División de Honor, campeón de Liga por duodécima ocasión en un encuentro de máxima tensión y épica que se decidió en la prórroga.
Fue un partido épico, y para muchos cronistas y aficionados, que pudieron ver en directo el choque a través de la retransmisión de Teledeporte posiblemente sea el mejor partido disputado en la División de Honor española. Este encuentro confirma el dominio del rugby castellanoleonés en territorio español. Con este triunfo el VRAC consigue un histórico doblete ya que también se impuso a los burgaleses hace un mes en la final de Copa del Rey, otro encuentro apasionante y que también se decidió en la última jugada.
Un ensayo -ya histórico- de Miguel Lainz con una carrera de 60 metros en la segunda mitad de la prórroga para los queseros dispuso el título para el VRAC después de casi tres horas de final, sobre el césped del Pepe Rojo ante 4.000 espectadores.
El cuadro pucelano se reafirmó como dominador de la competición, con 10 ligas en los últimos 12 años, mientras el conjunto burgalés, en la elite desde 2018, volvió a quedarse a las puertas del éxito mayor en su tercera final (dos de DH y otra de Copa del Rey), demostrando eso sí madurez y calidad para estar entre los mejores.
Pese a que el inicio fue del VRAC, el equipo brugalés firmó una gran reacción para ponerse 7-14 y obligó al favorito a dar la cara en el segundo tiempo. Ambos equipos supieron subir el nivel a sus prestaciones, pero el VRAC empezó a recortar distancias, con mejor físico que su rival.
Con todo, el Burgos pareció dar un golpe definitivo a poco más de dos minutos para el final con un 21-26. Un ensayo vital de Alejandro Alonso; Taibo no transformó la patada escorada y el partido se marchó a la prórroga con 26-26 en el marcador. En medio de los calambres y el desgaste, el Burgos volvió a ser quien dio el primer paso, pero la reacción del VRAC fue de campeón.