La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha asegurado que tanto España como la Unión Europea quieren ser un socio «preferente» para avanzar en el desarrollo socioeconómico de América Latina.
El contexto geopolítico actual de crisis energética y alimentaria obliga a encontrar socios «confiables» para responder a urgencias «compartidas» y crear una relación «estratégica» entre ambos bloques, que se construya sobre una base de igualdad y que sea «lo opuesto» a una política extractivista.
Así, según la ministra, se da un momento «clave» para relanzar el diálogo y apostar por sinergias entre ambas regiones. «Creo que nos necesitamos», ha expresado durante su intervención en la primera jornada del VI Congreso Ceapi.
En este sentido, la cumbre entre la Unión Europea y la Celac, que se celebrará en el mes de julio en Bruselas en el marco de la presidencia española del bloque comunitario, es una ocasión para «reforzar» el diálogo y dar pasos a la hora de que los inversores se sientan atraídos por proyectos estratégicos de alto impacto frente a, por ejemplo, la crisis climática.
Tanto España como sus empresas pueden aportar «mucho» al desempeño de América Latina porque hay retos que son comunes y se dan una serie de lazos económicos de «enorme» trascendencia que llevan al país a convertirse en un puente entre ambas regiones.
Entre las razones que llevan a España a estar preparada para liderar estas relaciones, Sánchez ha destacado la presencia relevante que tiene el país en América Latina, siendo el primer inversor extranjero en la región. «Cuando América Latina se resfría, nosotros estornudamos», ha apuntado.
«El desarrollo de América Latina siempre ha estado relacionado con la presencia empresarial española. A su vez, tenemos la oportunidad de trabajar en la proyección europea de las multinacionales latinoamericanas entre nuestros socios europeos«, ha explicado.
Para la titular de Transportes, España está «bien situada» para enfrentar el problema del cambio climático, al mismo tiempo que es un país líder en digitalización o está en cabeza en materia de infraestructuras. En consecuencia, puede contribuir a la modernización de la región y beneficiar a sus habitantes.
En materia de infraestructuras, España tiene un potencial «clave» para la internacionalización de la economía y esta es la experiencia que se busca compartir, tal y como ha destacado la ministra de Transportes. «Contamos con una ingeniería sobresaliente y es el mejor exponente de nuestra marca país«.
Asimismo, ha resaltado que España está empezando a recorrer el camino de las energías renovables y está preparada para compartir su experiencia de cara al futuro con la región de América Latina, cuyos abundantes recursos naturales juegan a su favor.
«Europa no debe dar lecciones a nadie y nuestro deber es participar en proyectos donde puede ser útil nuestra colaboración, contribuyendo junto a las instituciones financieras a ser catalizadores de la inversión del sector privado«, ha concluido.