El PSOE ha sufrido una abrumadora derrota en las elecciones autonómicas y municipales. Una realidad que ya parecía vaticinarse en las encuestas, y ante la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece haber preferido hacer «oídos sordos», evitando acudir a la llamada de los principales candidatos socialistas, que, un año más, se han quedado «huérfanos» de apoyo de la directiva nacional ante las urnas. Una situación que ha hecho que el PSOE, en pleno hundimiento como el Costa Concordia, haya visto que su capitán nacional ha sido el primero en abandonar el barco.
Las elecciones autonómicas y municipales han sido una «jarra de agua fría» para el partido socialista, que ha recibido el «castigo» de los ciudadanos a través de las urnas. Un enfado aparente de la ciudadanía española con el PSOE de Pedro Sánchez que ha provocado que hasta los principales bastiones socialistas hayan sido «conquistados» por el Partido Popular. Una situación ante la que ni siquiera Emiliano García-Page, principal azote de Pedro Sánchez a nivel interno, ha podido evitar la caída de apoyos en las urnas, aunque sí ha conseguido mantenerse en la presidencia autonómica.
La advertencia ya la habían realizado algunos de los principales barones socialistas tras conocerse algunos de los últimos sondeos. Y es que muchos dentro del PSOE temían que la gestión y las polémicas que estaba provocando el Gobierno nacional de Pedro Sánchez pudieran provocar un «castigo» en las urnas municipales y autonómicas a las siglas socialistas.
Unos temores que se han hecho realidad en las elecciones del 28 de mayo, en las que ni siquiera los principales bastiones socialistas en el territorio nacional han conseguido librarse de la «sombra alargada» del sanchismo. Tanto es así, que Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura se quedarán sin liderazgo socialista, habiendo obtenido el Partido Popular fuerza suficiente en estas autonomías para gobernar, «expulsando» a los socialistas de la gestión de estas comunidades autónomas.
Así pues, Ximo Puig, uno de los claros representantes del socialismo más valencianista, no ha podido conquistar la reelección en la Comunidad Valenciana, quedándose en los 33 escaños, mientras que el Partido Popular recuperaba la comunidad autónoma tras conseguir 40 escaños. Un éxito de la formación de Alberto Núñez-Feijóo que también se repetía en otro de los claros territorios socialistas, Aragón, donde el PSOE perdía una posición, cayendo hasta los 23 escaños al cierre de estas líneas, mientras que el PP obtenía 28 puntos, consiguiendo una subida de 12 en relación con las últimas elecciones.
Más ajustada era la situación en Extremadura. Y es que en el territorio, PSOE y PP alcanzaban cifras paralelas de escaños; sin embargo, el bloque de la derecha conseguiría el gobierno autonómico, gracias a un posible acuerdo entre PP y Vox, que ha conseguido cinco escaños, mientras que Podemos se queda con cuatro puntos, sin llegar a sumar con PSOE para mantener un gobierno de izquierdas en Extremadura.
Una caída que también ha afectado a la comunidad de Emiliano García-Page y, sin duda, uno de los claros bastiones históricos del PSOE. Eso sí, con una excepcionalidad: y es que, a pesar de la caída de apoyos que ha sufrido Emiliano García-Page, lo cierto es que el socialista sí consigue mantener la presidencia de la autonomía, con una ajustadísima mayoría absoluta que ha estado reñida hasta el final del recuento de los votos.
EL PSOE, ABANDONADO POR PEDRO SÁNCHEZ EN LAS ELECCIONES
Brutal caída de los principales barones socialistas que, sin embargo, en ningún momento ha contado con el aliento o con el ánimo del secretario general de los socialistas a nivel nacional, y actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien, imitando al capitán del Costa Concordia, parece haber preferido abandonar el barco de las autonómicas y municipales, habiendo previsto una posible derrota socialista, especialmente en Madrid.
Una situación con la que el socialista parece haber querido evitar ser excesivamente señalado a pocos meses de las elecciones generales, pero que parece haber provocado una grave situación dentro del PSOE, donde parece que Sánchez cuenta cada vez con menos apoyos. Y es que, al igual que entre los ciudadanos del país, parece que el «sanchismo» está dejando de dar confianza dentro del PSOE, donde sólo el crítico Emiliano García-Page parece resistir.