En el mundo del adiestramiento y educación canina, el agility canines es una disciplina que potencia la capacidad mental, física y de adiestramiento de cualquier perro, con la finalidad de participar en competencias caninas, como un hobbie más o simplemente para mantener la salud del perro en óptimas condiciones.
L’Almozara Can Bosc ofrece a las personas con perros la oportunidad de asistir a clases agility, como parte de las diversas actividades y clases orientadas a crear un mejor vínculo, compartir jugando y crear un feedback especial entre el humano y el can.
Agility canino
Los entrenamientos de agilidad son una disciplina deportiva donde los caninos deben atravesar un campo con diversos obstáculos, usualmente de 12 a 18 elementos, que por lo general van desde túneles y vallas, hasta rampas. Esta práctica tiene como finalidad que el perro supere los obstáculos de la pista sin derribar ningún elemento en el menor tiempo posible.
Esta práctica es uno de los deportes caninos más ideales para lograr cubrir varias necesidades del perro: cumplir con una rutina de ejercicio para mejorar su adiestramiento, obediencia, inteligencia y sociabilidad.
El agility se evidenció por primera vez durante el año 1978, en Inglaterra, como un espectáculo dentro de la reconocida exhibición de Crufts, donde se realiza una variedad de shows y demostraciones con perros como centros de atención. Esta disciplina se inspiró en las competiciones de caballos, con el objetivo de demostrar la agilidad natural y la velocidad de un can a través de un circuito de obstáculos.
Beneficios de los entrenamientos de agilidad
Además de ser un deporte canino muy popular, el agility fomenta la comunicación y afianza el vínculo emocional entre humano y perro, ya que depende mucho del trabajo en equipo. Esta práctica también utiliza los instintos naturales del can, debido a que en los circuitos se suelen imitar los obstáculos que un perro no adiestrado puede enfrentar, estimulando así sus instintos.
El entrenamiento de agilidad permite ejercitar al perro a nivel mental y físico porque, a través de este tipo de actividades, el canino se mantendrá sano y en forma, aumentando sus niveles de resistencia y fortaleciendo sus huesos y articulaciones.
Por último, el agility ayuda a resolver los problemas de comportamiento que pueda tener el perro, esto gracias a que, con este entrenamiento, se combate una de las principales causas por las que los caninos presentan problemas de conducta: el aburrimiento, ya que los perros son animales con mucha energía por consumir. Y esto, a su vez, reforzará la obediencia del perro, mejorando la convivencia en casa.